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SIN CONCESIONES

Cero Zapatero

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura2 min
Opinión20-01-2002

Algo falla en el PSOE. El cambio tranquilo que impuso José Luis Rodríguez Zapatero cuando llegó a la Secretaría General se ha convertido en una galerna tempestad. Su talante firme y, a la vez, sereno hacía de él el yerno que toda suegra desea tener. Era el Carlos Lozano de la política. Siempre mostraba una sonrisa perenne como carta de presentación de una personalidad sencilla y con carisma. Sin embargo, el rostro simpático empieza a parecer tan sólo el envoltorio de un maniquí un tanto hipócrita y sin ideas claras. El toque corteinglés sirvió para promocionarle y darle a conocer. Pero tan sólo el trabajo y un trayecto definido pueden llevarle al éxito. Si no, aunque la mona se vista de seda, mona se queda. Todo buen líder sabe siempre rodearse de gente brillante, con sus mismos principios y semejantes valores. Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar cumplieron con esta máxima y triunfaron, posiblemente, gracias a ella. Zapatero también escogió a varios lumbreras cuando lo eligieron secretario general, pero colocó en los cargos más determinantes a los menos... equipados. Los veteranos de Ferraz saben que ni José Blanco ni Jesús Caldera son válidos para un futuro gobierno. El segundo sólo se preocupa de las cámaras. Y el primero ha errado en las decisiones más importantes. Su apuesta por Emilio Pérez Touriño en las elecciones gallegas es sólo una de ellas. El PSOE pierde militantes a chorros. Pero el secretario de Organización, dicen, apenas hace algo para resolverlo. Cuentan que cada sede regional hace "lo que le viene en gana" porque el jefe de cocina no logra imponerse. Así, cada cual sigue su camino mientras Zapatero espera a que todos coincidan un buen día en el trayecto. Olvida que la clave del éxito siempre es un buen proyecto. El colmo ha llegado con el boicot a Nicolás Redondo Terreros. Él sí tenía una idea definida del PSOE que quería en el País Vasco. Pero a la Ejecutiva Federal no le gustaba y no ha cesado hasta matarlo, políticamente hablando. Arzalluz debe de frotarse las manos. El único escollo que queda en su camino es Jaime Mayor Oreja. Así las cosas, el segundo año de José Luis Rodríguez Zapatero no podía tener peor balance: un cero, cero zapatero. Empezó con buen pie. Pero le están poniendo la zancadilla. Quizá debería fijarse en Redondo Terreros y, por si acaso, poner sus barbas a remojar. Espero que no haya olvidado lo que le ocurrió a Borrell...

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito