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SANIDAD

El control parcial de productos eleva la cifra de enfermedades alimenticias

Por Leticia PradoTiempo de lectura2 min
Sociedad03-10-2008

La alimentación es uno de los pilares esenciales para la supervivencia de los seres vivos. Pero, el rechazo del organismo a algún componente alimenticio o la existencia de parásitos en los artículos de consumo pueden causar importantes trastornos en el organismo, sobre todo, en el de los humanos. El último escándalo sobre la contaminación de productos lácteos procedentes de China ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la salud de la población mundial. Cada vez son más las enfermedades relacionadas con la ingesta de alimentos.

El mundo entero está en alerta por contaminación alimenticia. El escándalo desatado por la distribución de productos lácteos chinos contaminados con melamina se ha propagado a otros artículos y empresas de diferentes puntos del planeta: Kraft, Mars, Lipton, Cadbury… Las autoridades de todos los países han realizado un importante despliegue para evitar una contaminación masiva y ha demostrado, así, la fragilidad de la salud de la población. Tanto los alimentos infectados con agentes contaminantes como la reacción del organismo ante determinadas sustancias provocan importantes dolencias que alteran el día a día de las personas. Cada vez son más las alergias, infecciones o intoxicaciones por alimentos y el desconocimiento de los afectados y sus familiares supone un importante problema de salud pública. Las enfermedades trasmitidas por alimentos (ETA en los ámbitos relacionados con la alimentación) aparecen por la ingesta de alimentos contaminados con virus o bacterias. La causa principal de este tipo de infecciones reside en la preparación con agua contaminada, la manipulación con las manos sucias o utensilios carentes de higiene o la manipulación industrial para mejorar sus características con sustancias como la caseína, la proteína de soja, el gluten de trigo, los derivados de maíz o avena y los extractos de levaduras. En cuanto a las alergias alimentarias, aumentan en número año tras año. El organismo responde de manera inadecuada ante una sustancia tolerada por el resto de individuos. La reacción se puede producir por ingesta, contacto o inhalación y los síntomas que desencadena van desde la urticaria, los picores o el asma hasta los vómitos o dolores abdominales. En muchas ocasiones, es muy difícil el reconocimiento de este tipo de dolencias por lo que los alérgicos están expuestos al desconocimiento de las causas de su malestar. Mientras que en el caso de las alergias las causas pueden residir en factores genéticos o ambientales no dependientes directamente del factor humano, las ETA exigen una mayor responsabilidad. La Organización Mundial de la Salud ha definido algunas pautas para evitarlas: conservar la higiene, separar los alimentos crudos de los preparados, cocinar completamente los alimentos, mantener unas temperaturas adecuadas y utilizar materias primas de calidad.

Fotografía de Leticia Prado