MEDIO AMBIENTE
España es el miembro de la Unión Europea que más contamina
Por María Reyes
2 min
Sociedad22-06-2008
España ha crecido económicamente durante las últimas décadas pero, dicho crecimiento, ha oscurecido los resultados finales. España es, de miembros de la Unión Europea, el país que más incumple lo acordado en el protocolo de Kioto y, por tanto, el que más colabora con el calentamiento global.
El protocolo de Kioto es un instrumento internacional, dentro de la Convención de las Naciones Unidas sobre el cambio climático, que pretende reducir lo máximo posible las emisiones de los seis gases que provocan el cambio climático. Para ello, además de acordar y comprometer a una serie de normas a todos los firmantes, también establece un límite en el incremento de las emisiones de dióxido de carbono en relación a las necesidades de cada uno de ellos. España acumula un crecimiento de casi un 50 por ciento desde 1990, muy distante al 15 por ciento máximo que le fue concedido. El nefasto resultado contrasta con los obtenidos por el resto de países de la Unión Europea, sobre todo, de la Europa de los 15. Por lo general, los países miembros han reducido sus emisiones globales de gases de efecto invernadero en un cuatro por ciento con respecto a 1990. Suecia es el país modelo en este sentido ya que ha conseguido reducirlas en un porcentaje superior a siete. Los países menos efectivos han sido Austria e Italia. Portugal y España aparecen por detrás, situándose a la cola de la UE. Los intentos llevados a cabo en la lucha contra el cambio climático han resultado insuficientes. La solución a la situación es complicada pues precisa, no sólo de medidas tomadas por el Gobierno, sino también de una fuerte concienciación social acompañada de las actuaciones consecuentes con la misma. Es imprescindible la inversión en nuevas tecnologías bajas en carbono como por ejemplo medios de transporte, la investigación en energías renovables para el futuro y en un mejor uso y eficiencia de las fuentes energéticas actuales. También es imprescindible la formación, la educación e, incluso, la persuasión de la sociedad para que cada persona conozca lo que puede hacer por frenar el cambio climático. Gestos tan sencillos como disminuir el uso de la calefacción supone un alto ahorro de energía y, por tanto, de emisiones de gases contaminantes. Soluciones como estas podrán conseguir que España deje de ser el décimoctavo país del mundo que, con ocho toneladas anuales per capita, más facilita el calentamiento global.
