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ESTADOS UNIDOS

Barack Obama recobra el fenómeno Kennedy

Por Iara MantiñánTiempo de lectura2 min
Internacional08-06-2008

Nadie pensaba que una frase revolucionara el mundo “I Believe”. Nadie pensaba que la sociedad americana volviera a creer en sus políticos y nadie se imaginaba que sería un hombre negro el que pusiera fin a la decadencia y a la democracia plana estadounidense al recobrar el fenómeno Kennedy: Barack Obama

Barack Obama, que aspira a convertirse en el primer presidente negro de EE.UU., dio su primer paso hacia la Casa Blanca al vencer a sus rivales demócratas en los caucus de Iowa, donde desbancó a Hillary Clinton y caló su mensaje de cambio. Bautizado por algunos como “la gran esperanza blanca”, por encarnar el sueño de reconciliación en un país con profundas divisiones raciales, ganó relevancia en el panorama político estadounidense durante la convención nacional del Partido Demócrata en Boston en 2004. Fue allí donde pronunció un sonado discurso en el que instó a cerrar las heridas raciales abiertas en el país, con palabras tan emblemáticas como: “No hay un EE.UU. blanco y un EE.UU. negro, sino los Estados Unidos de América”. Obama tiene 46 años y entró en la carrera presidencial como senador de Illinois. Es hijo de Barack Obama, un economista keniano educado en Harvard, y de Ann Dunham, una mujer de Wichita (Kansas, estado incrustado en el corazón de EE.UU.). Nació en Honolulú (Hawai) y fue criado entre dos aguas: EE.UU. e Indonesia. Obama conoce tanto los sofisticados pasillos del poder y el privilegio, como los barrios más desheredados de EE.UU. Ese ir y venir lo ha equipado, en su opinión, con las herramientas necesarias para tender puentes y forjar alianzas. Su media hermana, Maya Soetoro-Ng, lo explicaba de otra manera en declaraciones recientes a medios estadounidenses. “Se mueve entre varios mundos”, dijo, y añadió: “Es lo que ha hecho toda su vida”. La adolescencia de Barack Obama en Hawai estuvo marcada no sólo por una destacada trayectoria escolar. A esos años, le siguió una selecta formación en las universidades de Columbia y Harvard, la etapa como profesor y defensor de los derechos civiles en Chicago, su elección como senador estatal y su desembarco como senador en Washington en 2004. Ayudado por un carisma irresistible y una enorme sonrisa, Obama se ha ganado una popularidad similar a la que en su día tuvo J. F. Kennedy. Sus dos libros autobiográficos The Audacity of Hope (La audacia de la esperanza) y Dreams from my father (Sueños de mi padre) se han convertido en superventas. Varias cualidades personales juegan a su favor, entre ellas destacan su actitud crítica con la guerra de Iraq, a la que se opuso desde antes de la invasión en 2003, el bromear a menudo con la gente que no se acuerda de su nombre, el estar casado con su principal apoyo: Michelle Robinson Obama, la mujer que para él es el amor de su vida y “la futura primera dama de Estados Unidos”, y sus dos hijas: Malia Ann y Natasha (Sasha).

Fotografía de Iara Mantiñán