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ESTADOS UNIDOS

Unir lo que las primarias han separado

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional08-06-2008

Uno de los principales objetivos de los demócratas a partir de ahora será reunificar a unos votantes que llevan más de un año sumergidos en una lucha interna para elegir al que será su candidato a la Casa Blanca. Con la victoria de Barack Obama, el Partido Demócrata pone fin a muchos meses de peleas intestinas que le han puesto en desventaja frente al republicano John McCain.

Como en toda campaña política de Estados Unidos, los dos candidatos a liderar el Partido Demócrata, Barack Obama y Hillary Clinton, han intercambiado golpes bajos difíciles de olvidar de aquí a las elecciones presidenciales estadounidenses, que se celebran el próximo mes de noviembre. Las fotografías de Obama con turbante o las eternas críticas a Clinton por el turbio pasado sexual de su marido Bill Clinton como presidente son sólo algunos de los ejemplos de lo que el votante demócrata debe olvidar de aquí a las elecciones. Y no parece tarea fácil. El día en que Hillary anunció la "suspensión" de su campaña -una hábil forma de retirarse sin admitir la derrota- la ex primera dama puso todo su énfasis en reclamar la unidad que ahora debe reinar en el Partido Demócrata, pero se calcula que al menos un cuarto de sus seguidores no votará a Obama. La misión del senador de Illinois a partir de ahora será reunificar el partido que se ha dividido durante las primarias, una tarea que le sitúa en clara desventaja frente al candidato republicano, que se impuso sin problemas a sus rivales en el partido gracias a su gran handicap: sus 71 años de vida. La larga campaña demócrata contrasta con la rapidez de la republicana. En algún momento, los padres del partido de Obama y Hillary se plantearon las desventajas de esas eternas primarias, pero no pudieron disuadir a la ex primera dama de que continuara cuando todo empezaba a apuntar que la partida era del senador por Illinois. McCain, sin embargo, se impuso pronto a su principal rival en el partido, el pastor evangélico Mike Huckabee. Este último tenía el apoyo de un sector muy importante del voto republicano, pero no contaba con la experiencia política de McCain, cuya línea pasa por continuar con la de George W. Bush. En política, siempre ha resultado fácil sembrar la discordia y la división, pero repararla es uno de esos objetivos que muy pocos tienen al alcance de la mano. El carisma de Obama deberá emplearse a fondo en esa tarea y para ello puede que deba ceder parte de la cuota de poder de su candidatura al sector del partido que apoya a Hillary. La elección de la candidatura demócrata a la Vicepresidencia será crucial para Obama. Contar con un nombre propio que le aporte la experiencia que algunos creen que le falta será una buena baza frente a McCain.

Fotografía de Miguel Martorell