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PUNTOS DE DEBATE

Ordenadores, estrategias y legitimación

Fotografía

Por Elías SaidTiempo de lectura2 min
Opinión17-05-2008

Una vez más, el conflicto entre Colombia, Ecuador y Venezuela ha formado un revuelo en el escenario internacional, ante el proceso de legitimación de los datos y documentos encontrados en los ordenadores localizados en el campamento donde murió el dirigente guerrillero de las FARC Raúl Reyes a manos del ejército colombiano. Las múltiples declaraciones de los representantes de estos países hacen que continúe latente el escenario bélico en América Latina y, sobre todo, que se deba analizar el rol que juegan los factores tecnológicos, la actuación de ¨expertos¨ y el empleo de los medios de comunicación, como mecanismo de presión y catalizadores de escenarios legitimadores de estrategias particulares. Todo ello, en detrimento del empleo de los canales diplomáticos, relegados al olvido, ante la ¨diplomacia del micrófono¨ y la constante búsqueda de ¨terceros¨ que justifiquen razones para fortalecer posiciones, pese a que sus funciones sean meramente técnicas. Los resultados arrojados por el experto forense de Interpol con respecto a los archivos analizados, solo lograron esclarecer un aspecto: la no modificación de los documentos encontrados. Ello no da garantías respecto a la autoría ni al contenido de los mismos, dejando un amplio manto de dudas. Así, todas partes (Colombia, Ecuador y Venezuela) juegan a hacerse más daño, a través de la búsqueda de solidez de sus argumentaciones y de la peligrosa estrategia de ¨poner a hablar a otros¨, para luego preñar el trabajo elaborado por los peritos, de las cargas políticas afines a sus intereses. Sin menospreciar el trabajo llevado a cabo por Interpol en este caso, lo acontecido se ha producido en un tiempo marcado por el auge de la parapolítica en Colombia, la creciente presencia de movimientos autonómicos en la región y la búsqueda de apoyos para próximas elecciones. Esto hace que muchos mantengamos una actitud de cautela al concebirse el actual escenario como una ¨cortina de humo¨, en la que sólo se busca la obtención de espacios de maniobrabilidad política de los diferentes actores involucrados (directa e indirectamente) en este nuevo capítulo de tensión internacional. El creciente descaro, ejercido por nuestros políticos, no resulta ya nuevo, pero el aumento de la pérdida de la calidad periodística, ante la paulatina supresión de los principios deontológicos a manos de los dueños mediáticos (estatales o privados), interesados en fortalecer las corrientes ideológicas afines, por medio de la búsqueda de la ¨primicia¨; así como el empleo de datos y ¨objetividades¨, asumidas por los ¨expertos¨, hacen que nos preguntemos: ¿cuál de las partes tiene la razón? O mejor dicho, ¿cuál de los todos nos miente menos? Parece que hemos llegado a un punto donde esta última cobra más vigencia. Y más viendo luego, como nuestros líderes se dedican a tensar la cuerda desde los medios de comunicación en aras a que solo se hable de lo que les interesa. Omitiéndose así, los múltiples problemas internos y lo poco democráticos que terminan siendo, sin importar donde se mire.

Fotografía de Elías Said