ANÁLISIS DE DEPORTES
Conflictos a deshora
Por Roberto J. Madrigal
3 min
Deportes18-05-2008
Los desencuentros saltan cuando menos se espera, pero en el caso del tenis y el baloncesto, lo han hecho en mal momento, cuando las cosas -en teoría- estaban tranquilas y había tiempo de enmendar las desavenencias. Si los problemas son graves, la única solución es encontrar un punto en que las cosas no vayan a peor, y que al menos el enquistamiento permita un breve tiempo de análisis para poder revisar, con perspectiva, hacia dónde pueden dirigirse las soluciones. En el caso del tenis, no hay por dónde entender la cuestión. Los ocho jugadores del equipo de Copa Davis -Rafael Nadal, David Ferrer, Carles Moyà, Tommy Robredo, Nicolás Almagro, Juan Carlos Ferrero, Fernando Verdasco y Feliciano López- han estallado contra el presidente de la Federación Española (RFET), Pedro Muñoz. No es un caso nuevo, pero sí radicalizado: Le achacan promesas que no cumple y maneras dictatoriales de ejercer su cargo -y aportan presuntas pruebas-, al punto de que el capitán del equipo español se puso de su parte, a sabiendas de que pudo haber sido cesado. Aunque no fue así, el grupo acusador ha quedado debilitado: Emilio Sánchez-Vicario pidió calma y Fernando Verdasco se desmarcó de sus compañeros. El motivo: las diferencias de criterio en la elección de la sede para la semifinal de la Copa Davis, contra Estados Unidos. Los jugadores querían disputar la eliminatoria con la menor altitud posible, pero Madrid apostó con fuerza y ganó la elección de la RFET. A partir de ahí, se ha desatado una confrontación que no beneficia a nadie: la federación, con buen criterio, trabaja para el tenis de base y para cuidar el tenis femenino, que afronta más dificultades en el circuito profesional. Muñoz puede quedar como un déspota, pero los jugadores también deberían haber medido la imagen de egoístas que iban a adquirir no ya con su protesta, sino con la reiteración y la forma de hacerla. El otro frente -también federativo, casualmente o no- salió con el baloncesto: el seleccionador, Pepu Hernández, anunció que dejará su cargo tras los Juegos Olímpicos de Pekín. Sin embargo, al presidente de la Federación Española (FEB), José Luis Sáez, le sentó mal la decisión y amenazó con despedirlo, para garantizar que el trabajo con algún club ACB pudiera descentrarlo de su trabajo con el combinado nacional. Finalmente pudo el sentido común y ambos se emplazaron a seguir trabajando hasta los Juegos, pero los movimientos continúan. Como advierte en El Mundo Luis F. López, la dimisión del ayudante de Pepu en la selección, Joan Creus, para ser nombrado director deportivo del Barcelona puede aclarar los movimientos del ex técnico estudiantil. La propia crisis en el Ramiro, tras la llegada a la presidencia de Javier Tejedor y pese a salvar in extremis la temporada, ha dado en el despido de los técnicos Ángel Goñi y Javier González... que fueron ayudantes de Pepu. Así pues, Creus -que se mantuvo callado en todo momento- podrá adelantar el trabajo de planificación culé que las normas le impiden a Pepu. Una situación, a su vez, que echa por tierra los rumores de que el seleccionador podría recalar en Málaga: salvo sorpresa, Sergio Scariolo tiene las papeletas para continuar en el Unicaja.
