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ACHIQUE DE ESPACIOS

Un perdedor brillante

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes24-12-2001

Como su fútbol no entiende de rivales, sino de afrontar cada partido como si fuera una final, y como nunca marca con rojo ningún partido especial, Raúl González tampoco resaltó en el calendario ese 17 de diciembre de 2001. Toda la experiencia que le ha dado el paso del tiempo la sabe trasladar astutamente al día a día, por eso aterrizó en Zúrich sabiendo que había poco que hacer. Puso la mejor de sus sonrisas y apareció en la conferencia de prensa previa a la entrega del premio al mejor jugador del año de la FIFA, junto con los otros dos candidatos, Luis Figo y David Beckham. Luego, un par de horas después, cuando salió a recibir el galardón de bronce para el tercer clasificado, me di cuenta, sentado en las últimas filas del estudio de televisión que acogía la gala, que el mundo del fútbol está loco. Más tarde se supo también que el Balón de Oro había ido a parar a las manos de Michael Owen, el risueño delantero del Liverpool. A la misma hora, Raúl volaba de regreso a Madrid pensando ya en el premio de la próxima temporada: así es él. Que ni la FIFA ni nadie haya sido capaz de premiar la temporada de Raúl, habla muy claro del tipo de individuos que merodean alrededor del fútbol. Aún a estas horas me pregunto qué han hecho mejor Owen o Figo que Raúl, para llevarse los galardones del año 2001. Partiendo de la base de que ahora mismo no hay nadie mejor que Zidane y que, por lo tanto, todos los premios de aquí a un par de temporadas deberían ser para el francés, Raúl ha expuesto sobre la mesa cientos de argumentos para ser nombrado futbolista del año. Campeón de Liga con el Real Madrid, máximo goleador en la historia de la Champions League, a punto de ser el máximo goleador en la historia de la selección nacional, ejemplo de entrega, profesionalidad, talento.... nada de eso parece valer. Owen sólo es más rápido con el balón que Raúl, en el resto pierde, y en títulos ni digamos. Figo tiene el mérito de haber clasificado por primera vez a Portugal para un Mundial. Nada más. Lo mejor que le espera a Raúl está por venir, porque por edad tiene todo por delante. Sin ir más lejos, no tardó más que 24 horas en responder a sus detractores con tres goles al Nàstic, de los cuatro de su equipo, para avanzar hacia los cuartos de final de la Copa del Rey. Con el permiso de Zidane, hoy por hoy algunos escalones por encima de todos los demás, los galardones de este año tenían un nombre: el de Raúl González. Habrá que esperar.

Fotografía de Nacho García Barco