Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SERBIA

Europa un poco más cerca, Kosovo cada vez más lejos

Por LaSemana,esTiempo de lectura3 min
Internacional11-02-2008

Las puertas de Europa comienzan a abrirse en Belgrado. El triunfo del europeísta Boris Tadic en la segunda vuelta de las elecciones presidenciales serbias supone, pese al escaso margen de ventaja ante el prorruso Tomislav Nikolic, una apuesta de futuro por acercar a Serbia a la Unión Europea. Una relación, que pese a todo, no promete ser fácil. La permisividad de los Veintisiete con los anhelos nacionalistas de Kosovo podría congelar las negociaciones de adhesión.

Pese a los titulares de los rotativos internacionales de la pasada semana, en los que podía leerse que Serbia, entendida casi como una voz al unísono, apostaba por la Unión Europea, lo cierto es que la ventaja de los eurófilos de Tadic contra los prorrusos nacionalistas de Nikolic resultó mínima. Apenas algo más de un tres por ciento de sufragios (el 50,75 frente a 47,56) echó a Serbia a los brazos de Bruselas en vez de a los de Moscú. Sin embargo, pese al optimismo generalizado en el seno de la UE acerca de la victoria de Tadic, lo cierto es que las relaciones entre las dos partes no prometen ser tan fáciles cómo se esperaba debido al apoyo europeo a la independencia de Kosovo, algo que la gran mayoría de ciudadanos serbios considera totalmente inaceptable. La Comunidad Internacional traiciona a Serbia La Comunidad Internacional, presente en Kosovo desde los bombardeos que obligaron al Ejército serbio a abandonar la región y frenaron lo que se calificó de un genocidio contra la población albanesa, se muestra mayoritariamente a favor de la secesión de la provincia. Estados Unidos y 20 de los 27 países de la Unión Europea ya han manifestado su beneplácito a una futura secesión. Alemania y España, que ve en la hipotética independencia kosovar una violación del Derecho Internacional y un peligroso precedente para los nacionalismos interiores, están entre los países de la Unión que discrepan. Sin embargo, quien aparece como principal escollo para la independencia de la región es Rusia, cuyos lazos históricos con Serbia son fuertes. Moscú ya ha anunciado que utilizará su derecho a veto en Naciones Unidas contra cualquier documento que legitime la independencia de Kosovo. Entre sus razones, aparte de los nexos históricos y sus intereses económicos con Belgrado, también están situaciones internas parecidas como Osetia del Norte y Chechenia. Suceda lo que suceda en las próximas semanas en la región, lo cierto es que el espaldarazo internacional a los nacionalistas albanokosovares supone una clara vulneración a la Resolución 1.244 de Naciones Unidas de 1999. En el manifiesto, firmado por las autoridades yugoslavas y kosovares, se detallaban las instrucciones a seguir por la Comunidad Internacional para desplegar una fuerza militar en Kosovo que restaurase la paz en la provincia y colaborase a construir instituciones provinciales autónomas siempre respetando la integridad territorial de la por aquel entonces Yugoslavia. Kostunica planta a la UE Como respuesta a la actitud europea frente a lo que la clase política serbia considera una clara vulneración de las fronteras del país, el primer ministro serbio, Vojislav Kostunica, rechazó la pasada semana un suculento acuerdo con la UE en materia de intercambio de mercancías y estudiantes y programa de subvenciones. Bruselas había anunciado este acuerdo hace tan sólo una semana, cuando necesitaba potenciar la candidatura eurófila de Tadic. Sin embargo, Kostunica, quien gobierna el país gracias a la alianza con los partidarios del presidente Tadic congeló el acuerdo por considerarlo una limosna que Europa ofrecía a cambio de renunciar a Kosovo. Un Kosovo que, pese a todo, continúa preparando su secesión unilateral, la cual está programada ya según las últimas quienielas para el próximo día 18 de febrero, cuando está previsto que una fuerza de la OTAN y otra de la UE se desplieguen por el país para velar por la seguridad de los ciudadanos. Unos ciudadanos que, según el propio Tadic, sufrirán graves incidentes entre ellos si finalmente se acepta la independencia de la región sureña.

Fotografía de LaSemana,es