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INMIGRACIÓN

Los inmigrantes son los primeros afectados por la crisis económica

Por Esteban del PozoTiempo de lectura1 min
Sociedad08-02-2008

El paro ha crecido un 5,3 por ciento. La inflación ha aumentado un 4,3 por ciento y podría alcanzar hasta un 4,5 en dos meses. La Bolsa arrastra una pérdida del 20 por ciento en lo que va de año. El euribor sigue subiendo y, con él, las hipotecas. Estos son algunos de los datos que reflejan la crisis económica en la que está entrando España y que afecta a todas las familias pero, en especial, a los inmigrantes.

La desaceleración de la construcción es una de las principales causas de la crisis económica que está viviendo España. Uno de cada dos parados en este ámbito de trabajo es inmigrante. Pero es el sector servicios el que mayor número de desempleados genera: 99.000 personas. Le siguen la industria, con 12.159 parados, y la agricultura, con 6.960. Los cuatro constituyen los principales focos de concentración de trabajadores inmigrantes. El mayor problema del desempleo es que las personas que se han quedado sin trabajo son las que tienen menor nivel de especialización y, por tanto, mayor dificultad para obtener otro empleo. Además, son personas alejadas de sus familias, principal punto de apoyo cuando las circunstancias económicas son malas como la actual. Las rentas bajas son las que más se resienten con el aumento de la inflación y de las hipotecas, porque los impuestos no han bajado y los sueldos se han estancado. También hay que tener en cuenta a las personas que realizan una actividad lucrativa sin firmar ningún tipo de contrato, la llamada economía sumergida. España es el país de la Unión Europea con el nivel más alto de empleados de este tipo. Son los trabajadores, sobre todo, del servicio doméstico, la construcción en las empresas de subcontratas y reformas de viviendas, el sector textil (talleres clandestinos) y la hostelería (cocina y lavaplatos). Por la subida de los precios y las hipotecas, los empresarios que firman contratos de estas características no dispondrán de dinero para pagarles y decidirán prescindir de sus servicios. Normalmente, estos trabajadores acaban en la calle.

Fotografía de Esteban del Pozo