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ANÁLISIS DE DEPORTES

El Dakar de la decepción, el coraje y el ánimo

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes06-01-2008

El año comienza con malos augurios. Por más que muchos críticos se hayan podido alegrar, la suspensión del Dakar por las amenazas terroristas en Mauritania no es una buena noticia. Los tiempos en que el rally lo componían una pandilla de aventureros que se adentraban en África dieron paso a una relación de amistad que se renovaba cada año, especialmente por parte de los pequeños pilotos, aquellos que se hipotecan para poder participar, mientras que la organización, profesionalizada, se había encargado de aprovechar el tirón para llevar ayuda a los pueblos africanos, especialmente las tribus que habitan en el desierto, que con la ayuda que recibían ya tenían para vivir durante buena parte del año. Por no hablar de los beneficios que la repercusión del rally ofrecía al turismo. Muchos hablan de las migajas que esa ayuda suponía en relación al aprovechamiento que el rally obtenía, pero no hay que olvidar que el Dakar es una competición, no un sustituto de las ayudas al desarrollo o de las oenegés. El caso es que la prueba es, probablemente, la mejor ocasión para saber de África sin hablar de guerras. Con las amenazas terroristas, la organización deberá tener en cuenta itinerarios alternativos, pero cualquier cosa que sea salir de África sería desvirtuar la esencia del Dakar. Por el bien de la competición, toda opción de no ceder al chantaje de la violencia y continuar la aventura sería deseable. Después de todo, el precedente más cercano fue la suspensión de la Copa Ryder en 2001 por los atentados contra las Torres Gemelas de Nueva York. No se puede ceder al miedo. Uno de los que no cede es el bueno –y corajudo– de Samuel Eto’o: un tipo comprometido con África y que no se esconde en los momentos de crisis. La derrota del Barça en el clásico volvió a evidenciar las flaquezas del Barça: una plantilla con sus figuras desmotivadas, con un entrenador en el disparadero, con algunas carencias para interpretar los partidos y encontrar soluciones. Tiene pinta de que aunque quiera, el conjunto culé no conseguirá, aunque quiera, reaccionar en los momentos complicados de la temporada; al contrario que un Real Madrid que mantiene la dureza mental que heredó de Fabio Capello con la mentalidad, obediente desde la ironía pero sutil en lo independiente, decidida pero con mano izquierda, que ha traído Bernd Schuster. Una locura que trae, a raudales, David Meca; con o sin ayuda del barco de asistencia médica, no hay duda de que hace falta estar chalado para meterse durante 12 horas en el mar. Que su hazaña sea o no homologada es lo de menos; en estos tiempos en que todo se mira con lupa, este quijote que busca, de paso, su cuota de atención mediática, nos reconcilia con el lado amable del deporte. Una manera de recordar los buenos propósitos y ser optimistas para pensar que, a pesar de las amenazas, rendirse no es una opción. El ánimo no lo pueden quitar unos terroristas; el resto depende de la confianza en las Fuerzas de Seguridad y de la prudencia para no incurrir en riesgos excesivos.

Fotografía de Roberto J. Madrigal