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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Violencia machista

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura2 min
Sociedad25-11-2007

En lo que llevamos de año 69 mujeres han muerto a manos de sus parejas. Matarlas fue la salida a no poder encajar un no por respuesta. El pasado domingo 25 de noviembre se celebró el Día contra la violencia de género, concepto tan aireado últimamente pero, en esencia, tan viejo. Desde el mayor respeto a quienes lo sufren, pero basándonos en la información, estadísticamente en España no se producen tantos casos de muerte por maltrato como en otros países a los que se supone más avanzados. En 2005, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ya abordó el asunto en un estudio sobre cómo incide este fenómeno internacional en la salud femenina. Por ejemplo, en Estados Unidos, la violencia doméstica es la principal causa de lesión femenina a las mujeres desde la adolescencia hasta la mediana edad. El Gobierno español ha emprendido diversas iniciativas para luchar contra esta lacra cuyos resultados no se verán hasta que no pase un tiempo largo. De hecho, la principal forma de atajar esta situación es la educación. Y en eso no hay sexos. La violencia machista es una gota más que se añade al vaso que está a punto de desbordarse: la falta de valores, la ausencia de jerarquías entre lo bueno y lo malo y el relativismo del todo vale y cuando no vale usamos ese término manido y contradictorio de "discriminación positiva". Que un hombre levante la mano a una mujer no tiene perdón. Pero tampoco lo tiene dejar a millones de niños en el infierno de la hambruna y lo peor es que para ello no hay que viajar al corazón de África. En España los niños también sufren, de muchos modos, y también son víctimas sin voz de la violencia doméstica, objetos arrojadizos en una separación e inocentes testigos del horror en su propia casa. Que un hombre levante la mano a una mujer deberia perseguirse realmente. Pero pensemos que, quizás no se hace no sólo por dejadez e incompetencia administrativa, sino porque la agenda de cada jornada viene plagada de multitud de cuestiones por resolver: enfermedades más o menos extendidas, ambientes irrespirables e imposibles para la supervivencia o debates morales que no todo el mundo quiere abordar. Prioridades. Ortega y Gasset dijo que para entender la sociedad española había que acudir a una plaza de toros. Si levantara la cabeza, le valdría con hacer zapping. Pues en la caja tonta, por un poco de audiencia, se es capaz de vender la vida de una mujer a su asesino.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo