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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Rezar para que llueva

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad11-11-2007

Antiguamente cuando no llovía el pueblo sacaba en procesión al patrón para hacer saber a la Divinidad sus ruegos. Ahora, si no llueve, mejor, nos vamos de excursión en coche, que contamina pero es muy cómodo. Lo del cambio climático puede que no sea para tanto, pero tampoco es para tomarlo a broma y ocultarlo sin más, como suele hacer la sociedad contemporánea con todo lo que molesta. Hace poquito tiempo que todos los abuelos morían en su casa. Hoy, por comodidad, repelús o por lo que sea, a los cadáveres se les lleva a una especie de hotel para velatorios, algunos de los cuales bien podrían confundirse con una auténtica ciudad de vacaciones, a no ser porque no cuentan con un spa para los clientes. A este paso los paritorios los van a convertir en parques temáticos sin cesáreas ni dolor... Y, sin embargo, esta sociedad que esconde la cabeza ante las cosas propias de la naturaleza del hombre pone de moda la mayoría de las perversiones de su lado oscuro: la solidaridad de tapadillo, la falsa modernidad, la violencia como diversión, la ignorancia como poder... Antiguamente cuando no llovía el pueblo sacaba en procesión al patrón para hacer saber a la Divinidad sus ruegos. Bien es verdad que antaño los abuelos vivían del trabajo del campo y que ahora, en demasiados casos, no sabemos siquiera ni la tierra que pisamos. Menos mal que parece que la sociedad cada vez reniega más de la sociedad, porque si no no daría abasto san Judas Tadeo, el patrón de lo imposible.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo