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SIN ESPINAS

Ataque velado

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión08-10-2007

Esta semana ha acontecido un hecho en una escuela pública de Cataluña que ha vuelto a poner de relieve una situación que no es nueva, pero que sin duda, será cada vez más frecuente. Se trata del caso de una niña marroquí de 9 años a la que el director de un colegio de Gerona no admitía por llevar el famoso pañuelo islámico. Ante la negativa del colegio, la delegación territorial de la Generalitat ha actuado y ha obligado a la escuela a escolarizar a la niña. Teniendo en cuenta la disyuntiva y debido a que el fenómeno de la inmigración plantea una serie de problemas -sobre todo con aquellos inmigrantes cuya cultura difiere mucho de la nuestra- los de la cruzada laicista quieren aprovechar la coyuntura para darle un nuevo golpe a la Iglesia. Y aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid, confunden a la gente en un asunto que debe ser abordado desde varios flancos por ser diversos aspectos los que entran en juego. Para empezar, el debate de los signos religiosos lo plantean sólo ellos, precisamente porque en el fondo quieren aparecer como tolerantes al mismo tiempo que ocultan su aversión a cualquier manifestación religiosa, sea de la índole que sea. Este ataque velado contra la libertad religiosa se manifiesta en confundir un signo cultural y religioso como es llevar un pañuelo en la cabeza con una degradación sexista de la mujer. Porque no es lo mismo ni se puede meter en el mismo saco la ley sharia que promueve la ablación del clítoris con llevar este tipo de vestimentas. Lo primero no sólo sería objeto de reproche en nuestro país sino que podría acarrear un proceso penal para quienes lo practicarán. Por todo ello, hay que atenerse a los casos y dejarse de pedir legislaciones más concretas que la propia Constitución -que lo deja todo muy claro- con el pretexto de saber a qué atenerse en caso de encontrarse con una niña que no quiera quitarse el velo. Si empezamos por ahí, al final terminaremos prohibiendo llevar un crucifijo en el pecho, como en Francia. Eso no hace daño ni a la niña ni a nadie y por tanto, los famosos "tolerantes" deberían ocuparse de garantizar que esa niña sea escolarizada, respetada por el resto de sus compañeros y profesores para dejarla en paz por hacer algo que no va contra nadie.

Fotografía de Javier de la Rosa