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SER UNIVERSITARIO

¿Y cuánto por evitar que nazca?

Fotografía

Por Álvaro AbellánTiempo de lectura3 min
Opinión15-07-2007

El descaro de Zapatero cobra magnitud a medida que se agota la legislatura y ve que le faltan votos. Mintió al hablar de éxito del Plan Ingenio (sobre el desarrollo de la tecnología en España) en prácticamente todas las variables que citó –por no habar de las otras que ignoró-. Publicitó un libro de Educación para la Ciudadanía escrito por su amigo Marina en pleno Congreso de los Diputados y se sacó de la manga una ayuda a las familias por hijo nacido. Acciones escandalosas para la tradición democrática europea y más propias de caciquismos como el de Hugo Chavez. Quizá la manipulación menos evidente, por estar bien disfrazada de bien social, sea la de entregar a las familias 2.500 euros por hijo nacido. Lo primero criticable de esta medida es que ZP se la ha sacado de la manga, como quien no quiere la cosa, en uno de esos guiños efectistas que poco tienen que ver con la acción política de un auténtico hombre de Estado. Lo segundo, que es una medida tomada en el momento más bajo de la legislatura y a menos de un año de las elecciones generales, lo que la pervierte rebajándola a propaganda electoralista. Lo más grave de todo es que ZP se vanagloria de “apoyar a las familias” con una medida que, en el contexto en el que estamos, resulta casi un insulto. ¿Qué son 2.500 euros? En primer lugar, dinero. Y no es precisamente mucho dinero. Ni siquiera iguala a la cantidad de dinero que el Estado regala a las personas que deciden abortar. Así, el mismo Estado que ahora dará 2.500 euros para ayudar a sacar adelante un hijo, lleva muchos años financiando los entre 300 y 4.000 euros que cuesta evitar que nazca ese mismo niño. Pero es que la política familiar no puede ser sólo dinero. Y tanto después de un aborto como después de un nacimiento queda mucho por hacer que no se paga sólo con dinero. Una buena política familiar debe, antes aún que dar dinero, legislar para proteger a la familia. Pero la destrucción de la familia ha sido el primer objetivo de este Gobierno desde que ha llegado al poder. Primero, con el divorcio express, que ha triplicado el ritmo de rupturas matrimoniales -rupturas familiares- desde que ha entrado en vigor. Después, igualando jurídica y semánticamente la unión entre personas del mismo sexo y los matrimonios. Luego, con campañas de preservativos que comparan la maternidad con cualquier enfermedad de transmisión sexual. Finalmente, con una asignatura, Educación para la Ciudadanía, que dará educación moral a los niños al margen o en contra del criterio de los padres. Que un Gobierno así nos venda que le preocupa la familia, sólo puede entenderse de dos modos: o que nos miente descaradamente porque nos considera imbéciles o que el imbécil de remate es el propio Gobierno. Pero aún más preocupante que un gobierno imbécil o que considere imbéciles a sus ciudadanos, me sigue preocupando el escándalo de los no nacidos. Todavía hay quien me dice “piensa en la madre”, como si la estabilidad psicológica o el esfuerzo de toda una vida de sacrificio fuera razón suficiente para acabar con una vida. O como si el cruel fuera el que defiende al más inocente, y el humanitario el que justifica el asesinato. Señor Zapatero, nos ha revelado cuánto va a financiar el Estado a quienes deciden tener un hijo. ¿Podría decirnos cuánto financia exactamente, con los impuestos de todos, para evitar que otro nazca?

Fotografía de Álvaro Abellán

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Doctor en Humanidades y CC. Sociales

Profesor en la UFV

DialogicalCreativity

Plumilla, fotero, coach