ANÁLISIS DE ECONOMÍA
Lo que no se piensa en verano
Por Gema Diego
1 min
Economía15-07-2007
Que las neuronas se recalientan con el exceso de actividad y por culpa de la temperatura ambiente es una de las excusas más socorridas para no dar palo al agua en verano. Obnubilados por las vacaciones, huimos de la televisión –y ella nos da pábulo transformando su parrilla en una reposición reblandecida- y, si acaso, nos refugiamos en las páginas veraniegas de la prensa escrita, construidas con afán de que leamos sin leer. Y de un aeropuerto a otro, de una playa a una tormenta o a los sonidos de una calle en el extranjero, septiembre se nos aparece como una niebla muy lejana. Una niebla que encubre todo lo que este mes trae tras de sí. ¿Nuevas subidas de los tipos de interés? ¿Nuevo ministro de Economía en pocos meses? ¿Cómo serán las cifras del paro? ¿Subirá el salario mínimo hasta parecerse en algo al de Francia? ¿Los mileuristas dejarán de serlo? ¿O se harán con el poder cual legión que se rebela? ¿Bajará el precio de la vivienda? Y Endesa… ¿cómo quedará configurada? ¿Recuperarán los afectados por la estafa filatélica el dinero que perdieron? ¿Encontrarán otro empleo los trabajadores de Delphi? Habrá que dejar de formularse preguntas porque en verano la capacidad cerebral no da de sí como para encontrarles una respuesta… O quizás no exista esa respuesta.
