SIN CONCESIONES
Fin del engaño
Por Pablo A. Iglesias
3 min
Opinión09-06-2007
Se acabó. ETA ha puesto fin al alto el fuego. Ya no necesita seguir mintiendo a los vascos y engañando al Gobierno de Zapatero. Ha conseguido lo que quería. La banda tiene garantizado su futuro durante cuatro años más: los que dura la nueva legislatura en los ayuntamientos. ETA ha obtenido 437 concejales en localidades de País Vasco y Navarra. Además, ha logrado el gobierno municipal en 25 pueblos. Y sus alcaldes manejarán un presupuesto público de cientos de millones de euros. Gran parte de ese dinero irá a parar a la asociación juvenil de ETA, a su organización de presos, a sus actividades culturales en favor de esa entelequia llamada Euskal Herría y, sobre todo, a la compra de armas y la sufragación de comandos terroristas. Solucionado el principal problema que había tenido ETA en los últimos años, el financiero, los pistoleros han puesto fin al engaño de la tregua y amenazan con volver a matar. Hace ocho años ocurrió lo mismo. ETA decretó una tregua meses antes de las elecciones municipales y autonómicas de 1999. En esas circunstancias se presentó a los comicios y arrasó. La banda es consciente hace tiempo de que sus mejores resultados electorales llegan en escenarios de alto el fuego y grandes expectativas de paz. En aquella ocasión, el ministro Jaime Mayor Oreja se pasó meses advirtiendo de que aquella era una tregua trampa. Pocos le creían pero el tiempo demostró el acierto de su diagnóstico. Esta vez, hemos vivido otra tregua trampa pero en el Gobierno no ha habido un Mayor Oreja que avisara del engaño. Al contrario, han sido la oposición, las víctimas, la policía y millones de ciudadanos los que han alertado al Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero. Sin embargo, el presidente no ha querido escuchar. Pensó en todo momento que quienes desconfiábamos de los terroristas íbamos contra él. De hecho, aún lo sigue pensando pese a quedar roto el alto el fuego. Zapatero no cree que le hayan engañado pese a que los terroristas han vuelto a las instituciones después de cuatro años de ausencia. Aunque fueron él y Aznar los que juntos echaron a ETA de los ayuntamientos en 2003, ahora les ha permitido regresar para obtener recursos económicos, tener poder local y disponer de un altavoz político. Lo peor de este alto el fuego es que Zapatero se ha dejado engañar por los terroristas. Nunca tuvo en cuenta la experiencia de 1999, nunca escuchó los consejos de su ministro del Interior, nunca atendió las alertas que le enviaba la policía, nunca dio importancia al robo de armas en Francia o al incremento del terrorismo urbano en el País Vasco, nunca puso en duda la información equivocada que le transmitían sus negociadores, nunca se tomó en serio el atentado de Barajas y, sobre todo, nunca se molestó en verificar realmente la intención de los terroristas. Anunció un diálogo con ETA y se tiró de cabeza a la piscina de la negociación sin comprobar si había agua. El resultado no podía ser peor: al Gobierno le ha salido un chichón por su ingenuidad supina y ha perdido tres años en combatir a los terroristas. Todo lo que no hizo en ese tiempo pretende hacerlo ahora para compensar. Así, en 72 horas ha metido en prisió a De Juana Chaos, ha capturado un comando en Francia y ha detenido a Otegi. ¡Bravo, ya era hora! Pero por muchas acciones policiales que ahora ponga en marcha, lo malo es que ETA seguirá en los ayuntamientos durante cuatro años y eso supone otra legislatura de vida para los terroristas. Todo esto se podría haber evitado si Zapatero hubiera aprendido algo en la tregua de 1999. Yo no pienso perdonarle su ignorancia irresponsable pero sí estoy dispuesto a respaldar cada paso que dé para acabar con ETA en los nueve meses que le quedan de mandato. Tras su nefasta negociación, le llega el turno de protegernos de los terroristas.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito