ORIENTE PRÓXIMO
Fatah al-Islam, por un Líbano musulmán y la destrucción de Israel
Por Luis Miguel L. Farraces2 min
Internacional27-05-2007
La milicia islamista de origen palestino que protagonizó la pasada semana cruentos enfrentamientos contra el Ejército libanés en el campo de refugiados de Naher el Bared, Fatah al-Islam, posee un origen incierto, pero lleva años infiltrándose poco a poco entre los miles de palestinos apátridas del lugar. Sus dos pilares ideológicos son claros, favorecer un Líbano islámico y aportar su esfuerzo a la destrucción del Estado de Israel.
El campo de refugiados de Naher el Bared, en cuya superficie de apenas dos kilómetros cuadrados conviven más de 40.000 palestinos que lo perdieron todo en alguna de las guerras territoriales contra Israel (la de 1948 y la de los Seis Días en 1967, principalmente) es actualmente un hervidero islamista. Entre su población los militantes no son un gran número, pero el hastío después de décadas como apátridas es claro y la radicalización de sus posiciones dado que no tienen nada que perder les ha llevado a simpatizar en gran medida con todo aquello que suene antiisraelí. Si bien es cierto que hay un gran número de palestinos que ya sólo aspiran a vivir en paz y huyen de los radicalismos. Pero no son estos últimos los que han favorecido la paulatina entrada de los milicianos de Fatal al-Islam en Naher el Bared. La organización, vinculada a Al Qaeda y cuyos integrantes dentro del campo de refugiados no son, curiosamente, palestinos, sino que su principal origen es Iraq y Afganistán, lleva años infiltrando a sus hombres en el campo. Según testimonios de algunos residentes de Naher el Bared los integrantes de Fatah al-Islam solían reunirse juntos e imponer la Sharia en sus círculos próximos, pero no se habían dado casos de enfrentamientos externos tan cruentos como los de la pasada semana. Unos enfrentamientos que han arruinado más si cabe las paupérrimas condiciones de los refugiados palestinos, 15.000 de los cuales han escapado del emplazamiento aprovechando la situación, la cual es prácticamente incapaz de solventar el Ejército libanés. Sobre este respecto se pronunció el líder de Hezbolá, Hassan Nasralá, que ofreció a sus milicias para llevar de nuevo la paz a los miles de palestinos de Naher el Bared. Pero la ayuda de Nasralá fue rechazada por el Gobierno libanés no ya sólo por incompatibilidad de caracteres con el partido-milicia, sino para que los ojos de los ciudadanos de Líbano no observen una triste realidad, la de que los hombres de Hezbolá están mejor equipados y entrenados que sus propios soldados.