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JUVENTUD

Los jóvenes infringen la ley antibotellón todos los fines de semana

Fotografía

Por Leticia PradoTiempo de lectura2 min
Sociedad04-05-2007

Calles abarrotadas, centenares de botellas por el suelo, gritos desmesurados, peleas... Estas y algunas más son las consecuencias de un fenómeno cada vez más arraigado entre los jóvenes: el botellón. A pesar de la represión que se hace en algunas ciudades en contra de este fenómeno, sigue siendo una práctica habitual los fines de semana.

La Ley antibotellón ha fracasado. Los jóvenes siguen reuniéndose los fines de semana para practicar esta nueva forma de diversión. Mientras que unas regiones prohíben el botellón, otras han optado por cierta permisividad hacia el consumo de alcohol en lugares determinados. El último caso reciente de las causas desastrosas de un botellón es el del barrio madrileño de Malasaña. Miles de jóvenes que causan destrozos en las calles y malestar entre los vecinos que intentan descansar en sus casas. Pero no se trata de un hecho puntual. Igual que en otros barrios de la capital, diferentes ciudades españolas sufren las consecuencias del día después de una noche de bebida en la calle. Madrid fue la primera en introducir la Ley antibotellón en junio de 2002. Multas para los que beben en la calle, trabajos al servicio de la comunidad para los que sean menores y sanciones para los que venden las bebidas, son los aspectos que recoge esta ley que todos han escuchado, pero pocos parecen conocerla al detalle. Ni la juventud la cumple, ni los Cuerpos de Seguridad del Estado hacen cumplirla. En el caso concreto de Madrid, las concentraciones de jóvenes se han desplazado de lugares muy concurridos a calles colindantes. Se han registrado 105 lugares diferentes de reunión en 2006. Andalucía es otra de las comunidades que ha aprobado la Ley antibotellón. Prohíbe el consumo de alcohol a menores y la venta para beber en la calle. Pero introduce una diferencia considerable: los botellódromos. No reprimen el fenómeno, intentan acotarlo. Los jóvenes no se dispersan por toda la ciudad, se reúnen en un único recinto habilitado por cada ayuntamiento. Numerosas regiones ya están preparando normativas semejantes, como es el caso de Galicia o Castilla-La Mancha, que buscan soluciones que contenten a unos y otros. Pero aún hay comunidades en las que la venta de alcohol a menores sigue sin perseguirse, como Asturias o Castilla y León.

Fotografía de Leticia Prado