ANÁLISIS DE ESPAÑA
Ni montañas y ni desiertos lejanos
Por Alejandro Requeijo
3 min
España15-04-2007
Cuando a los islamistas de tu vecino veas inmolar, pon tus servicios secretos a remojar. La frase no es mía, pero me la ha cedido una persona que de temas de terrorismo sabe un rato largo. Fue su reacción a los recientes atentados de Casablanca en Marruecos. La misma ciudad que albergó el ataque contra la Casa de España un año antes de las elecciones generales y que luego resultó ser la antesala de la mayor matanza terrorista sobre suelo europeo de la historia. La que se produjo en ese lugar que ahora reivindican como Al-Andalus y que, dicho sea de paso, a más de uno le chirría menos que oír España. Fue un día 11, el mismo que ha vuelto a utilizar Al Qaeda para ensuciar una religión, esta vez en Argel. Entre tanta sangre, de nuevo Ben Laden y su tropa de renglones torcidos de Alá apuntan de manera directa a la península. Y lo han hecho amenazando con nombres y apellidos, que no es que sea más peligroso que antes, pero sí es cierto que asusta más. El peligro, por tanto, ya no viene de desiertos muy lejanos ni montañas muy remotas, que diría aquel. Mientras los nubarrones del sur cada vez descargan sus tormentas más cerca de aquí, por el norte las cosas tampoco andan mucho mejor. Cada semana que pasa las investigaciones en torno al comando Donosti muestran a una ETA recuperada para la lucha armada. Se suceden los descubrimientos de zulos, armas, explosivos, informes sobre objetivos civiles, políticos y militares. Suma y sigue. Comunicado-entrevista de la banda con nuevas exigencias amén de una inexistente intención de abandonar el negocio. Ante esto la respuesta del Gobierno oscila entre un amplio abanico de posibilidades. Desde la Alianza de Civilizaciones hasta acentuar las precauciones pero, eso si, sin llevar a cabo ningún despliegue especial. Que no está la cosa para alarmar al personal. Al menos parece quedar descartado el ya popular como sea. Sólo de pensarlo se echa uno a temblar. Tampoco ayudan precedentes como el de De Juana, cuando el Ejecutivo accedió a las exigencias del pistolero, según dijo, para evitar males mayores. Miedo da esta estrategia cuando por el horizonte acecha una nueva marca de la izquierda abertzale para asistir a las elecciones. De momento ya ha contado con cierto beneplácito de la Moncloa. De la Vega aseguró que ANV cumple los requisitos legales y que condena la violencia. Aunque no entró a analizar que tipo de condena, ni que tipo de violencia. Pero para esto ya habrá tiempo Ahora es momento de afrontar de manera firme y responsable las amenazas provenientes de norte y sur. Sin alarmismos ni sobreactuaciones, pero también sin especulaciones. Tendemos al error de pensar que con un 11-M ya estamos a salvo de nuevos ataques. Que es imposible que nos vuelva a tocar con la de países que hay en la ruleta del terrorismo islamista. Pero tentar al azar es poco aconsejable en estos casos. Por la misma regla de tres, aquí somos muy dados a tropezar varias veces con la misma piedra. En ese aspecto Zapatero ya ha cumplido con haberse creído y haber sido engañado por ETA igual que sus antecesores. Sólo cabe esperar que no repita también el error de bajar la guardia ante Al Qaeda. Ni si quiera merecería la pena por ver como una nueva broma macabra del destino obligaría a unos y a otros a cambiarse repentinamente los papeles descubriendo así sus miserias de estos tres últimos años.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio