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ATENTADO

Posibles consecuencias electorales después del atentado de Giménez Abad

Por Amalia CasadoTiempo de lectura2 min
España06-05-2001

Los independentistas vascos están convencidos de que polarizar la campaña electoral les beneficia. Si no el día de los comicios vascos, después. El atentado criminal con el que ETA se ha cobrado la vida de Manuel Giménez Abad, presidente del Partido Popular en Aragón, es el anuncio electoral de ETA y de Euskal Herritarrok.

Sean cuales sean los resultados, creen que la violencia les hace invencibles, que es una moneda de cambio poderosa para hacer valer sus pretensiones políticas. Y que, gane quien gane, servirá. Si el atentado incrementa el miedo a votar a los partidos constitucionalistas -Partido Popular y Partido Socialista Vasco-, y el Partido Nacionalista Vasco (PNV) consigue votos suficientes para gobernar con el apoyo de otro partido, EH podría ser su compañero de viaje durante la próxima legislatura. EH ofrecería su apoyo a cambio de algo. Quizás, entonces, podrían negociar una nueva tregua-trampa para legitimar el pacto postelectoral nacionalista. Si vencieran los constitucionalistas, muchos se temen un incremento drástico de la violencia terrorista. Lo que está claro es que la palabra de los terroristas es la violencia, que el terror y el miedo son su baza política sin más. De ella harán uso en función del resultado de las elecciones del domingo: moderándola temporalmente si los nacionalistas ganan y ceden a las presiones de los extremistas, intensificándola si vencen los constitucionalistas. Durante esta semana se ha hablado de negociaciones entre el Partido Nacionalista Vasco y ETA para alcanzar una tregua. El candidato de EH, Arnaldo Otegi, negó que se hubieran producido, pero el fracaso de éstas, en caso de que hayan tenido lugar, puede ser uno de los motivos del atentado contra el presidente del Partido Popular aragonés, Manuel Giménez Abad. Algunas interpretaciones apuntan a que ETA prefiere la victoria de los constitucionalistas para recrudecer su presencia en el escenario político a base de violencia. La probable reacción policial haría reaccionar a las bases sociales de los asesinos para llegar a una situación de ulsterización del País Vasco, esto es, lo que se viene anunciando desde círculos intelectuales como contienda o enfrentamiento civil. Otra alternativa contempla al Partido socialista vasco (PSE). Si el PNV renunciara a los presupuestos del Pacto de Lizarra y a cualquier pacto con los defensores del terrorismo, el PSE podría pensarse un acuerdo con los nacionalistas. Quizás no se haya superado aún la máxima preponderante en épocas anteriores: que con ETA no se puede acabar sin el PNV.

Fotografía de Amalia Casado

Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

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