LIBERTAD DURADERA
La Alianza del Norte llega a Kunduz por la fuerza
Por Pablo Fernández
1 min
Internacional25-11-2001
Representantes de la Alianza del Norte y del Ejército talibán negociaron la semana pasada la rendición de Kunduz, el último bastión del régimen al norte de Afganistán. Las conversaciones no fructificaron, por lo que la Alianza lucha contra los 1.700 soldados que defienden la localidad.
El asedio a Kunduz llega a sus últimos días. Los talibán finalmente no aceptaron una rendición y se negaron a entregar la ciudad, así que la Alianza del Norte ha optado por entrar en la localidad por las malas y usar la fuerza. Los talibán pierden así su último bastión al norte de Afganistán. Los soldados de la Alianza del Norte lo tienen todo en sus manos para controlar Kunduz. El pasado sábado sus soldados lograron abrir dos frentes en la ciudad y se introdujeron en los suburbios. Controlar totalmente Kunduz es cuestión de tiempo. El único problema que tiene la Alianza del Norte lo constituyen los cerca de 3.000 mercenarios extranjeros que resisten en el interior de la población. Estos hombres armados son extremistas islámicos procedentes de varias regiones vecinas de Afganistán, principalmente de Pakistán y Chechenia. Según el ministro de Defensa del Gobierno afgano estos hombres están dispuestos a morir en combate y listos para "luchar por cada calle y cada casa". Los talibán afganos no están tan motivados y una de las claves de la caída de Kunduz son las rendiciones de sus soldados. El pasado sábado se produjeron deserciones masivas ante el avance de la Alianza. Durante toda la semana pasada, las dos partes combatientes estuvieron negociando una salida pacífica. Pero las conversaciones entre el general uzbeko Rashid Dostum y el mulá Mohamed Fazil, uno de los dirigentes talibán, terminaron en nada. La conclusión es clara, según explicó el comandante Abdul Jamil: "Estamos dispuestos a entrar en la ciudad de Kunduz y mataremos a los que se resistan".