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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Navarra está perdida

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España18-03-2007

La escena tuvo lugar en la parte vieja de la ciudad. Un grupo de manifestantes que portaban banderas de España recibieron los insultos de varios jóvenes simpatizantes de la izquierda abertzale. Arremetieron contra ellos repitiendo ese rebuzno que emplean cada vez que sus acciones carecen de argumentos, que suele ser casi siempre. "¡Fascistas!, ¡fascistas!". A esto, una señora que iba entre los manifestantes se defendió: "Respetadnos porque hoy es nuestro día, el día de la libertad, vosotros tenéis el resto del año para vuestros desmanes". Entre 75.000 y cien mil personas salieron a la calle el pasado sábado para reivindicar la españolidad de Navarra. En pleno debate sobre el futuro de la comunidad foral, la marea roja y gualda se trasladó esta vez a Madrid para recordarle a Zapatero que "Navarra no se vende". Pero no nos engañemos, Navarra está perdida. Y no será por culpa de las últimas sandeces de Batasuna. Tampoco por las decisiones de un presidente empeñado en un proceso de negociación con ETA. La lucha por el Reino más antiguo de España no se dirimirá ni si quiera en las próximas elecciones de mayo. Los resultados en unos comicios nunca son son la causa de nada, sino más bien la consecuencia de algo. Y la batalla por Navarra, aunque todavía le quedan años por delante -quizá décadas- hace ya tiempo que empezó a perderse. Igual que antes comenzó a perderse también en el País Vasco. Efectivamente llegarán unas elecciones en las que se culminará el proceso de destrucción que propone el nacionalismo, llámese como sea. Se trata de un proceso que empieza desde abajo. Valiéndose de las libertades que le concede ese Estado de Derecho que tanto odian. Extienden su garras al campo de la educación o lo que es lo mismo al futuro. Instauran su cultura del miedo y del odio en las calles, en los bares, en los colegios, hasta en la mesa del comedor. Y el resto del trabajo consiste en esperar los resultados mientras determinados dirigentes se encargan de recordar día a día las consignas a través de prensa, radio y televisión. Así es como consiguieron colar un partido como Nafarroa Bai en el Parlamento navarro. Con estas fórmulas es como conseguirán que mañana ese partido anexionista pueda decantar el Gobierno de la comunidad. De este modo es como han conseguido llenar de emblemas y demás basura las calles de la bella Pamplona. Las ikastolas, el odio a Madrid, el euskera como señal de división y no de enriquecimiento. Así, es como poco a poco, paso a paso, y mientras la mayoría sólo piensa en las próximas elecciones, ellos van caminando hacia el escenario que buscan. El mismo que ya han alcanzado en el País Vasco. Cientos de miles de exiliados, el voto del miedo, la represión... en definitiva, y como se conformaba esa mujer al comienzo de estas líneas, la libertad reducida a un mero recuerdo, una simple conmemoración esporádica. Algo así como el día mundial sin coches o la jornada sin tabaco, festividades incómodas que sólo respetan los cuatro gatos que horradamente creen en ellas. ¿El resto del año?. Para sus desmanes.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio