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ANÁLISIS DE ECONOMÍA

Despidos: la opción fácil

Fotografía

Por Gema DiegoTiempo de lectura2 min
Economía18-03-2007

Cuando soplan malos vientos, la opción más fácil es cerrar el chiringuito y dejar que cada palo aguante su vela. Pero, aunque dicen que la mejor defensa es un buen ataque y cortar por lo sano para que no se infecten las heridas, hay actitudes que humanizan a las empresas y otras que ensucian su imagen corporativa como si de una fruta podrida se tratase. Delphi va camino de que, al escuchar su nombre, se la asocie siempre con traumas familiares, al igual que casos como el de Sintel se han quedado ya perennemente anclados en la memoria nacional. Frente a la senda del despido a mansalva, hay pioneros que se han decidido a apostar por los empleados antes de quemar las naves definitivamente. Poco antes de 1995, el Grupo Bimbo contrató a la firma Arthur D. Little para que ésta hiciera una revisión profunda de la situación de la empresa. Ésta determinó que, de los 44.000 empleados con que contaba Bimbo en aquel entonces, sobraban 6.000. Según cuenta Roberto Servitje, miembro del consejo de administración de Bimbo y uno de los fundadores originales de la compañía en 1945, en su libro Bimbo: estrategia de éxito empresarial, la multinacional decidió no despedir a nadie y esperar a que fueran los propios trabajadores los que, por cuestiones individuales, dejasen libres los puestos de trabajo que existían por exceso. En todo caso, en situaciones extremas, Servitje señala que Bimbo siempre se preocupa de “no dejar sin opciones a quienes son desvinculados de la institución, con la reubicación en otras plantas, con contactos con otras empresas o con ayuda a la formulación de curriculum”. No se trata de ser una hermanita de Caridad, pero, a fin de cuentas, el coste de sufrir unas manifestaciones multitudinarias por una cerrazón empresarial se termina pagando a la larga. Y si no, basta ver que la artífice de la caída de Sintel encabeza las quejas de los consumidores, según los informes de las asociaciones. Con el tiempo, las soluciones fáciles suelen revelarse como las peores.

Fotografía de Gema Diego