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EE.UU.

La Casa Blanca retirará las tropas de Iraq antes de finalizar 2008

Por Marta Aguilera JiménezTiempo de lectura3 min
Internacional17-03-2007

EE.UU. vivió el pasado jueves una jornada de importantes decisiones. En primer lugar, la Cámara de Representantes aprobó en comisión su calendario para la retirada de las tropas antes del 31 de agosto de 2008. Y pocas horas después, el Senado rechazó una iniciativa similar que preveía el repliegue para marzo de ese mismo año.

En la Cámara Baja votaron un proyecto presupuestario de más de 93.000 millones de euros para seguir financiando las guerras de Iraq y Afganistán. Y los demócratas, liderados por Nancy Pelosi, introdujeron en la propuesta una cláusula que instaba al repliegue militar. En un primer momento, los republicanos propusieron eliminar este apartado, pero el proyecto salió finalmente adelante en el Comité de Asignaciones Presupuestarias con el respaldo de 36 congresistas frente a 28. Horas más tarde, la Cámara Alta se pronunció sobre una resolución vinculante planteada por el líder de la mayoría demócrata, Harry Reid, que defendía la retirada de todas las tropas de combate de territorio iraquí antes del segundo trimestre de 2008. La presión sobre este asunto es un desafío para el presidente estadounidense, George W. Bush, que ya anunció el pasado mes de enero el envío de 21.500 militares adicionales como parte de su nueva estrategia. Washington mantiene en la actualidad alrededor de 140.000 soldados en Iraq. El pasado miércoles, la Casa Blanca anunció que se opondrá al proyecto de ley que tramita la Cámara de Representantes y que incluso lo vetará si fuera necesario. Según su Oficina de Gestión y Presupuesto, el texto de los demócratas “viola la autoridad constitucional del presidente” y “pone en peligro el objetivo estratégico estadounidense de un Iraq democrático federal unificado que pueda gobernarse, defenderse y sostenerse por sí mismo y pueda ser aliado en la guerra contra el terror”. Gira por Latinoamérica En su visita a Guatemala, Bush manifestó la necesidad de una profunda reforma migratoria en EE.UU., pues una décima parte de la población guatemalteca vive en EE.UU., y un 60 por ciento lo hace de forma ilegal. Para ello, pidió al Congreso –de mayoría demócrata- una reforma de las leyes migratorias para el próximo mes de agosto. La inmigración y la lucha contra el narcotráfico fueron los temas clave en su visita. “Nuestro compromiso es tratar a las personas con respeto, pero también tenemos que respetar la ley”, afirmó Bush en rueda de prensa ante la lluvia de preguntas sobre la reforma migratoria estadounidense. La última parada de su gira por Latinoamérica fue México, donde Bush se reunió con su homólogo, Felipe Calderón. Su visita también centró todas las atenciones en la política migratoria estadounidense: “Mi compromiso contigo y tu Gobierno, pero sobre todo con el pueblo de México, es que trabajaré tan duro como pueda para que el Congreso apruebe una exhaustiva reforma”, aseguró Bush. Calderón señaló que deben resolver este problema juntos “porque, aunque las dos economías se complementan, aún no son iguales”. Continuó diciendo que “la migración no se puede detener, y desde luego no por decreto”. La Casa Blanca apoya una reforma migratoria que incluya un programa de trabajadores temporales, que permita la regularización de buena parte de los 12 millones de inmigrantes ilegales que se calcula que viven en EE.UU., la mayoría de ellos mexicanos. El problema del narcotráfico también se abordó. Calderón pidió la colaboración estadounidense en su lucha contra la droga, así como una mayor atención a la política mexicana.

Fotografía de Marta Aguilera Jiménez