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TERRORISMO

Marruecos cree que la inmolación en Casablanca fue “accidental”

Por Miguel MartorellTiempo de lectura2 min
Internacional16-03-2007

Los habitantes de la ciudad marroquí de Casablanca revivieron el horror que el 16 de mayo de 2003 causaron en la ciudad 13 suicidas. Sin embargo, según las autoridades del reino alauí, esta vez no se trató de un atentado con todas sus letras, sino de una deflagración que se produjo cuando el yihadista activó “accidentalmente” los explosivos que portaba. Los hechos dejaron cuatro heridos, incluido el acompañante del terrorista, y las investigaciones, aún abiertas, se han saldado con al menos 30 detenidos.

Abdelfettah Raydi, de 23 años, y Youssef Khoudri, de 17 años, entraron en un cibercafé de Casablanca, paradójicamente, en el barrio de Sidi Moumen, de donde procedían los suicidas que en 2003 dejaron 43 muertos en la capital económica de Marruecos. Al parecer, los jóvenes pretendían acceder a webs de contenido radical islamista, como habían hecho en anteriores ocasiones. Sin embargo, esta vez se encontraron con la oposición del hijo del dueño del cibercafé, que pidió a los dos jóvenes que abandonaran el local. Se inició entonces un forcejeo con el mayor de ambos en el transcurso del cual, según la versión de las autoridades marroquíes, el terrorista activó “accidentalmente” los explosivos que portaba aferrados a su cuerpo. La deflagración destruyó por completo el interior del local y causó heridas de diversa consideración al encargado del local, a dos personas que se encontraban en ese momento en el interior, y al acompañante del suicida. Éste trató de huir del lugar de los hechos, pero la Policía le detuvo poco después. Las primeras informaciones que trascendieron fueron confusas. La agencia oficial Mahgreb Arabe Presse (MAP) informó que la Dirección General de Seguridad Nacional (DGSN) había interrogado al joven de 17 años, pero que el interrogatorio no se había dado muchos frutos debido a que, además de las quemaduras, tenían heridas en la garganta que le impidieron hablar lo suficiente. Al día siguiente, el diario marroquí Al-Ahdath Al-Mahghribia daba una nueva versión de los hechos citando fuentes del Ministerio del Interior, que se negó en todo momento a calificar de atentado los hechos. Según las informaciones del rotativo, los dos jóvenes pretendían acceder a Internet desde el cibercafé para obtener las órdenes precisas que les llevarían a cometer un atentado en otro punto de la ciudad. Otro diario del reino alauí, Al-Sabah, aseguraba que los dos yihadistas tenían como objetivo los cuarteles de las Fuerzas de Seguridad o restaurantes y hoteles de la capital económica de Marruecos. Esta versión explicaría que el joven acudiera al local cargado de explosivos. La DGSN abrió una investigación de los hechos que tendría resultados tan sólo un día después. El pasado jueves, el rotativo L’Opinion narraba con todo detalle el calvario vivido por los vecinos del barrio de Moulay Rachid, en Casablanca. Allí la Policía desalojó un edificio entero tras encontrar en casa de los dos jóvenes gran cantidad de material explosivo y diverso instrumental dedicado a su fabricación. Las pesquisas llevaron, además, a la detención de al menos otras 30 personas en Rabat y Casablanca, que planeaban atentar contra el Hotel Hyatt Regency y contra la Comisaría Central de Casablanca. Todas ellas, según las autoridades marroquíes, pertenecen al movimiento Salafi Yihadi, vinculado a la red terrorista Al Qaeda.

Fotografía de Miguel Martorell