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SIN ESPINAS

La comuna de los mastuerzos

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión18-11-2001

Yo soy periodista y abomino de la actualidad televisiva que me ofrecen mis compañeros de profesión. ¿Cuál es la verdadera actualidad del mundo? Vamos, que me niego a desayunar, comer, merendar y cenar con las hazañas de Bin Laden, el supervillano del siglo XXI. Un ser cargado ya de un halo de misticismo que no nos cansamos de fomentar. No voy a ir a ver Harry Potter por lo menos hasta que se pase de moda y voy a darle cien mil vueltas más a cómo murieron los 23, 29, 35 o 57 afganos a ondas de las bombas racimo en vez de arrugarme la sesera para saber si fue otra onda -la del efecto estela- o un sabotaje lo que acabó con otro puñado más de seres humanos en el barrio de Queens después de lo que está cayendo. Que por cierto, no son sólo aviones. Confusión, esquizofrenia, melopeas traéis con tanta jerarquía de la información, Agenda setting y vuestro criterio de lo que es o no importante. ¡Que dolor genera mi frustración como espectador de una película televisiva con guionistas y directores metidos a periodistas! O peor, al revés; o tal vez, todos revueltos. Nos presentan cada día un cortometraje tan falaz para suplir su imposibilidad de contar siquiera una milésima parte de lo que está ocurriendo por allí lejos. Hay que vender algo para demostrar que las posibilidades que brinda la televisión para informar justifican su importancia en nuestra manera de concebir la realidad que nos circunda. En cambio, lo único que muestran es su inutilidad. Déjenlo ya. No emitan nada porque no trasmiten nada. Váyanse a casa todos y díganle a la gente que esto de informar sobre la guerra se les escapa de las manos. Que para hablar de cosas serias la información televisiva no está preparada. Y que un informativo es una forma de entretenimiento más que nos une a todos en esta comuna de mastuerzos que ha creado la tele. Resulta que en los informativos prima siempre lo interesante respecto de lo importante, y ahora que lo importante es lo más interesante, el informador sólo puede interesarse, acceder o abarcar lo anecdótico. Ya me advirtió un corresponsal de una televisión pública para cuestiones bélicas: "la primera víctima de una guerra es la verdad". Si lo sabes ¿qué haces periodista televisivo si la guerra mató la última razón de tu existencia? Así son las cosas, así son las cosas, así son las cosas...

Fotografía de Javier de la Rosa