Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

ACHIQUE DE ESPACIOS

El Mundial y un grave problema

Fotografía

Por Nacho García BarcoTiempo de lectura2 min
Deportes18-11-2001

Brasil, la FIFA y el resto del mundo respiran tranquilos desde que la selección amarilla, ganando a Venezuela, certificó su pase a la fase final de Japón y Corea después de ganar a Ucrania. Eslovenia eliminó a Rumania, Turquía a Austria, Bélgica a la República Checa e Irlanda a Irán.>Japón y Corea del próximo verano. Brasil, los brasileños y la mayoría de aficionados, porque un Mundial sin su máximo exponente, el tetracampeón, sin su selección estrella –aunque no pase por su mejor momento– es como un río sin agua. O sea, nada. Y la FIFA, porque el reclamo empresarial y publicitario que supone la selección canarinha en cada gran competición es innegable. Sólo Uruguay y Australia se jugarán en los próximos días la única plaza restante que lleva a la máxima cita futbolística. No hay tiempo para más, ni sitio para nadie. Los últimos en llegar han sido los que todos esperábamos, lo que hace que la cita del próximo verano cuente con lo más granado del panorama balompédico mundial. Quizá solo hay que poner un pero a Rumania, que de la mano del mítico Hagi ha doblado la rodilla en favor de la novel Eslovenia, que ya puso a España en aprietos en la pasada Eurocopa. Del resto no faltará nadie. Alemania se agarró a la lógica y al fútbol para dejar para más adelante la ilusión de Ucrania y de Shevchenko; Bélgica, pese al juego pobre de sus equipos en Europa, también estará presente para intentar reeditar tiempos mejores, y en Suramérica, ni Argentina, ni Brasil faltarán. Dentro de unos meses, cuando llegue el sol, el mundial con más equipos de la historia, 32, volverá a engancharnos durante un mes para mostrarnos lo mejor del mundo. No sé si por suerte o no, pero no estará presente Holanda. A la selección de Van Gaal le persigue algo que ya no se puede considerar ni mala suerte ni nada por el estilo. El doping de varios de sus jugadores en los últimos tiempos ha reabierto el eterno debate del dopaje en el fútbol. Primero fueron De Boer y Davids, ahora Jaap Stam. Alguien debe aclarar todo esto porque, además, son jugadores que –curiosamente– juegan fuera de su país, lo cual hace que todos apuntemos hacia el combinado nacional como origen de los problemas. Está claro que ése se lo va a evitar la FIFA en el cercano Mundial, pero es algo que hay que cortar desde ya mismo. Por el bien de los jugadores, de la selección de Holanda y de todo el fútbol.

Fotografía de Nacho García Barco