REUNIÓN
La Cumbre entre Bush y Putin acaba en una declaración de intenciones
Por Vicente García Gandía
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Internacional17-11-2001
El presidente de EE.UU., George W. Bush, y el de Rusia, Vladímir Putin, se reunieron la semana pasada en el país norteamericano con el objetivo de lograr un consenso respecto al escudo antimisiles.
EE.UU. manifestó su intención de desmantelar aproximadamente dos tercios de sus armas nucleares en los próximos 10 años. Esto supone la reducción de su actual potencial (7.000 unidades) a una cifra que oscila entre 1.700 y 2.200. El presidente ruso declaró su total apoyo a Bush y anunció su disposición a reducir también el arsenal nuclear ruso en la misma proporción. Según Putin, este “programa” es necesario "para mantener el equilibrio estratégico en el mundo" y alcanzar la confianza en la que pretenden basarse las relaciones entre Moscú y Washington. Sin embargo, este consenso no pudo trasladarse a la discusión sobre el futuro del Tratado Antimisiles Balísticos (ABM). Tras la Cumbre bilateral, Rusia ha permitido a EE.UU. que continúe con sus ensayos del escudo antimisiles a cambio de información militar privilegiada sobre el desarrollo de estos experimentos. Estas pruebas contravienen el ABM, acordado en 1972, y han recibido ya la crítica de países como China, la misma Rusia y la comunidad científica internacional. Ante este acuerdo, sobre el que no se llegó a firmar nada por escrito a pesar de la insistencia de Putin, algunos expertos rusos en política internacional y miembros del Ejecutivo de Moscú manifestaron cierto temor. Se trata de un miedo a que las continuas concesiones a Occidente, como son el abandono de las bases de inteligencia en Kamrat (Vietnam) y en Lourdes (Cuba), hagan que la población equipare la política de Putin a la de antiguos líderes como Gorbachov o Yeltsin. En la reunión se decidió también algo importante para Moscú: el Senado de EE.UU. aprobó la reducción de la deuda de Rusia en alrededor de 650.000 millones de pesetas (casi 4.000 millones de euros), algo que coincidió con la visita de Vladímir Putin a Nueva York para conocer de primera mano las consecuencias de los atentados del pasado 11 de septiembre.