VISITA PAPAL
Primera visita del Papa a Grecia y Siria
Por Javier Bragado1 min
Sociedad06-05-2001
Desde que el Cisma de Occidente en el año 1054 separara a ortodoxos y católicos la reconciliación nunca había sido total. Ha sido Juan Pablo II con su visita a Grecia diez siglos después -a pesar de las crecientes protestas de radicales ortodoxos- quien ha dado el paso más visible. Pero antes, dos años de negociaciones y concesiones mutuas para acabar en la reunión entre Juan Pablo II y el arzobispo Christódulos, en la que el griego aplaudió a su interlocutor pero rechazó su ofrecimiento a cenar juntos para no parecer demasiado condescendiente.
No obstante, a algunos sólo la visita ya les parece ofensiva. Los monjes ortodoxos de 20 monasterios rezaron sus vigilias al pie del monte Olimpo para protestar e incluso llegaron a manifestarse con pancartas en las que se podían leer consignas como "Fuera el Papa anticristo de la Grecia ortodoxa". Juan Pablo II, por su parte, pidió perdón por el tratamiento que han dado a los ortodoxos -hasta ahora la Iglesia católica les consideraba una escisión herética por su rechazo al poder de Roma-. Sin embargo, la visita de mayor duración fue a Siria. Juan Pablo II ha estado durante cuatro días en una región que dio a seis papas a Roma en los albores del cristianismo pero que nunca recibió a ningún máximo pontífice católico. Además, también ha sido pionero en la entrada a un templo musulmán. Juan Pablo II tenía previsto el día 7 de mayo orar en la gran mezquita de los Omeyas, en el centro de Damasco, donde se conservan los restos de Juan el Bautista, al que el Islam venera como el profeta Yahia. Aunque en principio se quería una misa conjunta de cristianos y musulmanes finalmente se suspendió por la oposición de algunos integristas islámicos. El Papa también ha previsto visitar Quenitra, una localidad situada en los altos del Golán -territorio ocupado por Israel- para rezar por la paz en Oriente Próximo. Esta ciudad ha sido elegida como símbolo, pues fue destruida por las tropas israelíes cuando abandonaron el lugar después de la guerra árabe-israelí de 1973. De hecho, en su primer día en Damasco Juan Pablo II declaró que los "territorios en Líbano, el Golán y Palestina han sido ocupados por aquellos que incluso acaban con el principio de igualdad cuando aseguran que Dios ha creado un pueblo diferente de todos los demás pueblos".