SER UNIVERSITARIO
Las Becas Europa
Por Álvaro Abellán2 min
Opinión08-10-2006
Los 50 mejores alumnos de 2º de Bachillerato, llegados de todas las comunidades autónomas de España, iniciaron una aventura europea de 20 días bajo la guía de un equipo de formadores, monitores y coordinadores de la Universidad Francisco de Vitoria. Supuso la encarnación de un viejo sueño de algunos maestros universitarios: recorrer las primeras universidades europeas en busca de las raíces de una institución profundamente europea y con casi mil años de historia. El objetivo: revitalizar la institución universitaria europea alimentándola con su originalidad fundacional, adaptada a nuestro tiempo. Sólo con enumerar las ciudades recorridas, las universidades visitadas donde se han recibido conferencias, las personalidades con las que han debatido y las actividades culturales aprovechadas… tendría para varios artículos. Baste como píldora reseñar el coloquio con Cherry Blair en el 10 de Downing Street o la clase -y posterior cena- en la sede de Le Cordon Bleu en París. Pero si el papel y la aventura exterior fue prestigiosa y apasionante como para hablar de ella durante horas, lo mejor fue, sin duda, la aventura interior. Una aventura interior propiciada por el encuentro entre 50 jóvenes cargados de ideales y con ganas de aprender, con una docena de maestros, monitores y organizadores dispuestos a acompañarles -tan solo un paso por delante- en tan valiosa tarea. En 20 días hay tiempo para reflexionar sobre la universidad y el papel de los universitarios en la sociedad; hay tiempo para aprender sobre los problemas y retos del siglo XXI; hay tiempo para aprender a disfrutar de la cultura; hay tiempo para aprender a trabajar en equipo y a hablar en público. En tres semanas hay también tiempo para conocerse, para profundizar en la propia vocación universitaria, para reflexionar sobre quién quiere ser uno dentro de 10 años, para proyectar cómo aprovechar y vivir al máximo los años de universidad; para programar cómo mejorar la universidad española y europea; para soñar con mejorar el mundo que nos ha tocado vivir. Toda aventura termina con una celebración. Toda celebración no es sino un nuevo comienzo: “My end is my beginnig”. Las miradas de monitores, alumnos y formadores ya no son las mismas que hace un mes. Sus palabras suenan también distintas. Ahora se saben capaces de construir un mundo mejor. Hubo un antes y un después de Becas Europa para todos los aventureros. Su nuevo reto: que sufran también un antes y un después todos los que tengan la fortuna de encontrarse con ellos.