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LÍBANO

Los cascos azules comienzan a tomar posiciones en el sur del país

Fotografía Más de mil soldados españoles serán enviados a Líbano

Por Miguel MartorellTiempo de lectura3 min
Internacional03-09-2006

La llegada de los primeros cascos azules italianos al sur de Líbano supone un refuerzo tan urgente como necesario para la región más castigada del país de los cedros y, además, que la Fuerza Internacional de la ONU para Líbano (FINUL) empiece a cobrar una verdadera fuerza de interposición. Mientras, el secretario general de Naciones Unidas, Kofi Annan, continúa su gira por Oriente Próximo, donde, de momento, sólo ha conseguido numerosas muestras de buenas intenciones.

Hasta 920 soldados italianos, junto a varios vehículos anfibios, llegaron este fin de semana al pequeño puerto que la ONU posee en Naqura, a 20 kilómetros al Sur de Tiro. Con este contingente, Italia, que relevará a Francia en el mando de la FINUL, responde a las reiteradas llamadas de Líbano e Israel de un despliegue "urgente" de los cascos azules en la zona. Así, este contingente es un adelanto de la fuerza militar total que enviará Italia al Sur del país de los cedros, donde desplegará hasta 2.680 soldados, lo que convierte a este país en el segundo en aportación de fuerzas. La primera fase del despliegue italiano finalizará en septiembre u octubre, con 2.400 efectivos instalados en la región fronteriza. Los cascos azules italianos se unirán a los 200 franceses que ya custodiaban la zona y a los otros 200 que París envió de urgencia dos semanas atrás. Francia, con los 2.000 hombres que tiene previsto desplegar en Líbano, conservará el mando de la FINUL, que ha venido desarrollando desde finales de los 70, hasta el relevo de Italia en febrero de 2007. A los 2.000 soldados que la FINUL tenía en la zona se unirán, además de los efectivos de Francia e Italia, los de España, Portugal, Finlandia, Polonia, Reino Unido, Alemania, Grecia, Chipre, Dinamarca y Turquía. En total, entre 6.500 y 7.000 cascos azules velarán por la paz en la frontera Sur de Líbano junto a los 15.000 soldados del Ejército libanés que ya han tomado posiciones. Gira en Oriente Próximo Mientras, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, continúa con su gira por Oriente Próximo para tratar la crisis libanoisraelí. Tras visitar Líbano, Israel, Jordania Cisjordania, Siria, Qatar e Irán, en los próximos días aterrizará en Turquía y Arabia Saudí. De momento, las conversaciones de Annan con los diferentes líderes religiosos y políticos de la región no ha dado más fruto que un cúmulo de buenas palabras e intenciones, y, por ende, en algunos países, intenciones muy matizadas. En Líbano, el Gobierno le transmitió su "fuerte" compromiso a cumplir la resolución 1701 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas para la paz entre Israel y Líbano. Sin embargo, el Ejecutivo libanés, sigue negándose a desarmar a la milicia chií de Hezbolá -que mantiene presos a los soldados israelíes que capturó el 12 de julio-. Por su parte, el Estado hebreo continúa instalado en su negativa de retirar el bloqueo por tierra, mar y aire que mantiene sobre Líbano hasta que la Comunidad Internacional evite el tráfico de armas entre Siria y Hezbolá. Un objetivo que cuenta con la radical oposición del Gobierno sirio, principal sustento armamentístico de la milicia chií, pues conllevaría el despliegue de cascos azules en la frontera libano-siria. Con todo, y pese a que la fragil calma que se vivía en la región hasta hace una semana se va convirtiendo en un verdadero alto el fuego, la inestabilidad continuará siendo el día a día en Oriente Próximo. Continuará siendo la zona más volátil de planeta ahora que a la ocupación de Palestina y la crisis nuclear iraní se suma la incertidumbre de una paz duradera entre Hezbolá e Israel.

Fotografía de Miguel Martorell