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ANÁLISIS DE ESPAÑA

El Estatuto y la paz, una misma estrategia

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura3 min
España02-07-2006

Una de las prácticas más características y efectivas del Gobierno Zapatero es hacer de lo aparentemente impensable algo habitual, cotidiano. Hasta el punto de resultar rutinario y por extensión, cansino y aburrido. Ahí tenemos el resultado del Estatut. Nadie en su sano juicio se habría atrevido a predecir que en el 2006 los catalanes aprobarían una reforma en cuyo preámbulo se incluyese algo parecido al término nación. Sin embargo, el pasado 18 de junio esa quimera se hacía realidad. Ni los propios políticos catalanes se creían la promesa que desde Madrid les lanzó, hace ahora más de dos años, un todavía aspirante a La Moncloa. Carod, Mas y compañía se frotaban los ojos y las manos. No daban crédito al caramelo que Zapatero les acaba de poner en bandeja. Al otro lado, los populares se rasgaban las vestiduras. Escaldados ya de tanta derrota con el 11-M hipotecaron su oposición a otra guerra que luego también resultó ser de desgaste. Esa es la clave de la estrategia. El desgaste continuo, el machaque diario. En lugar de por tierra, mar y aire, por prensa, radio y televisión. Los anuncios importantes ya no se hacen ni siquiera desde la tribuna del hemiciclo, sino desde las comparecencias ante los periodistas o las entrevistas de plató. Luego las tertulias y los editoriales hacen el resto. Martillean la opinión de un electorado que como Winston Smith en 1984 ya no sabe ni cuantos dedos tiene delante y termina por rendirse. Esta tortura orwelliana es rentabilizada magistralmente por el socialismo rubalcaniano. Aprovechando la radicalización de un PP que, fiel a su Apocalipsis de cabecera, entra al trapo en todos los quites. La fórmula tuvo éxito en Cataluña y la negociación con ETA sigue idéntico camino. El Estatuto estalló como una bomba en la política nacional. No obstante, sus efectos se fueron diluyendo con el tiempo. Igual que ese ruido molesto de fondo al que finalmente uno se acaba acostumbrado. El texto soñado por los catalanes al final no levanto interés ni en la mitad del electorado que prefirió quedarse en la playa. Da igual que la declaración de turno sea a favor o en contra. Todo termina formando parte de ese ruido monótono que martillea la cabeza hasta que la rutina te acaba inmunizando. Llega un momento en que ya da igual que Cataluña vaya a tener una financiación especial igual que la mayoría prefiere mirar para otro lado cuando Patxi López se reúne con ETA/Batasuna. Quizá, esta cita con los abertzales hace algún tiempo hubiese supuesto todo un suicidio para el Ejecutivo que se traviese a dar el paso. Hoy ya no. La razón es que dicha reunión, igual que el inicio del diálogo anunciado por Zapatero, llegan precedidos de meses y meses de rumores, desmentidos, de declaraciones y enfrentamientos, de portadas, programas y entrevistas…en definitiva, meses y meses de ese martilleo que ha convertido lo que en un principio podría parecer una barbaridad o una venta deliberada del Estado ante los terroristas, en un medio más para alcanzar ese fin al que inteligentemente han llamado paz. No obstante, llegados a este punto es necesario menear la cabeza, aislarse de ese martilleo y darse cuenta de los efectos secundarios de esta estrategia. Lo que ayer eran sólo rumores seguidos de desmentidos sobre posibles contactos con la banda, hoy estos son una realidad. Teniendo en cuenta esto, ¿Lo que hoy son rumores y especulaciones sobre la anexión de Navarra o la autodeterminación del País Vasco, mañana...?.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio