Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN CONCESIONES

¿Alto el fuego o tregua (mutua)?

Fotografía

Por Pablo A. IglesiasTiempo de lectura3 min
Opinión26-03-2006

El tiempo siempre saca la verdad a la luz. Es el juez que da la razón a quien verdaderamente la merece. Por eso ahora adquieren sentido muchas incógnitas que parecían no tenerlo hasta el alto el fuego de ETA. En este momento se entiende mejor que el Gobierno lleve más de un año negándose a convocar el Pacto Antiterrorista, que permitiera al PCTV presentarse a las elecciones vascas, que no apoyase las manifestaciones de las víctimas, que se distanciara de la oposición, que negase una y otra vez los contactos con la banda y que lanzase todo tipo de gestos y flirteos a los asesinos. Todo tenía sentido aunque era difícil comprenderlo. El Gobierno ya no lo niega. El anuncio de los terroristas es consecuencia de varios años de contactos con el Ejecutivo. Mientras ETA sembraba España de bombas, dirigentes socialistas se reunían en secreto con los asesinos. ETA ha regalado un supuesto "alto el fuego" a Zapatero en el momento más delicado de su legislatura, cuando peor le iban las encuestas y cuando más atosigado estaba por la oposición. Recalco lo de supuesto porque el cese "permanente" anunciado por los terroristas parece más una tregua mutua (nada que ver con la de 1998) que un alto el fuego unilateral. Los datos demuestran que el comunicado de ETA llega tras cuatro años de diálogo, reuniones y negociaciones con el Partido Socialista. Zapatero autorizó contactos con el entorno etarra nada más ser nombrado secretario general del PSOE. Cesó en el País Vasco a un permanente luchador contra ETA como Nicolás Redondo Terreros y puso en su lugar a Patxi López, un buen amigo de algunos dirigentes batasunos. Siendo líder de la oposición, Zapatero promovió citas secretas con ETA para buscar el "inicio del principio del fin". Nada más llegar a La Moncloa, ETA envió una carta a Zapatero para empezar a negociar. Cuatro años después, esas conversaciones han dado el ansiado fruto. Por fin lo ha conseguido. Llevaba meses augurando una tregua que nunca llegaba. Zapatero ya tiene lo que quería. Los terroristas han decretado un alto el fuego que le legitima para iniciar una negociación como la que en su día intentaron Adolfo Suárez, Felipe González y José María Aznar. Los tres fracasaron porque se negaron a pagar el precio político que exigía ETA. Sin embargo, Zapatero está convencido ahora de lograr lo que nadie ha conseguigo: pacificar a los terroristas con la palabra; acabar con las intimidaciones, amenazas y extorsiones; lograr que los independentistas violentos respeten y cumplan las leyes; devolver la convivencia pacífica al País Vasco; en definitiva, lograr la cuadratura del círculo. La empresa se antoja ardua, casi imposible. Sin embargo, todos los españoles de bien estaríamos encantados de que Zapatero consiga que la cabeza cuadrada de los terroristas se convierta en una perfecta y democrática circunferencia. Sin embargo, el fin no justifica los medios. Jamás debe pagarse un precio político a los terroristas por dejar de matar. Jamás debe olvidarse el dolor y el sacrificio de las víctimas. Los terroristas deben cumplir íntegras sus penas de cárcel. Todo esto debe tener presente el Gobierno a la hora de negociar. Demasiadas concesiones ha hecho ya a los terroristas. Ojalá tenga éxito. Pero el fin no justifica los medios.

Fotografía de Pablo A. Iglesias

Pablo A. Iglesias

Fundador de LaSemana.es

Doctor en Periodismo

Director de Información y Contenidos en Servimedia

Profesor de Redacción Periodística de la UFV

Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito