Esta web contiene cookies. Al navegar acepta su uso conforme a la legislación vigente Más Información
Sorry, your browser does not support inline SVG

SIN ESPINAS

Zapatero y Julio Verne

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura4 min
Opinión27-02-2006

Julio Verne y Zapatero tienen en común una cosa: su amor a la ciencia ficción. Pero mientras que las historias que escribió el primero se han convertido en realidad, el cuento del segundo se aleja cada día más de ella. O eso esperamos, porque si lo que nuestro presidente llama progreso, evolución o futuro nos sobreviene algún día, más valdrá poder viajar a la luna en vuelo charter. En España sólo quedarán socialistas homosexuales clonados y lesbianas solteras o divorciadas con hijos obtenidos por fecundación in vitro. La capital de lo que quede de España será Chueca. Y el lema de la campaña de Zapatero para seguir en La Moncloa será: “Si la Iglesia lo reprueba, nosotros lo aprobamos”. Así, por primera vez nos convertiremos en el primer país en algo: en tener la legislación más inhumana de todo el planeta. Porque tendremos la ley de bodas para cuatro gays -que son los que han contraído-; la del divorcio express para que a los tres meses los gays casados se divorcien, no sin antes haber fabricado por inseminación artificial a un número ilimitado de embriones en el útero de una lesbiana, en el caso de parejas de mujeres y a una madre de alquiler -de momento- clandestina en el caso de una pareja de hombres. Todo para garantizarles su “derecho a tener un bebe”. Si el niño nace en el País Vasco, será educado en una ikastola y recibirá unos conocimientos históricos inventados por el gobierno nacionalista de una comunidad autónoma con competencias para ello. Si el chaval suspende, no importa, pasará de curso año tras año hasta darse cuenta de que el valor del esfuerzo es una cosa arcaica de la retrograda tradición conservadora. Si ya estudiaba poco, solo se encerrará en su habitación para practicar unas horas con “asesinos natos”, la última película convertida en videojuego por Playstation. Antes de irse a la cama vera tres horitas del Tomate TV, donde cada noche pondrán la edición 42 de “Experimentos sociológicos”, un remake de Gran Hermano donde los participantes se matan por encontrar un trozo de queso en una ratonera gigante y se inyectan vacunas experimentales. Gana el que muere el último. El niño, aburrido de ver siempre lo mismo, se irá a la cama sin que su pareja de padres o madres hayan llegado del trabajo. Eso sí, después de cenar una buena hamburguesa recalentada en el microondas. Sin modelos que seguir, los buscará en sus amigos de la izquierda aberchale con los que se revelará ante la injusticia social provocada por un Estado centralista y opresor. Lo pagará destrozando mobiliario público y quemando indigentes en las sucursales mientras sus amigos graban la “hazaña” con sus móviles para luego montarlo en un ordenador y colgarlo en su blog personal www.espanaesuninfierno.com. Un día, ya superada la adolescencia, le pillarán poniendo una bomba en un cajero, pero sólo le caerán unos meses en una cárcel del País Vasco por terrorismo de baja intensidad. Más tarde pasará tres años por matar a un inmigrante ilegal que ocupó su puesto de becario en el Gara mientras estaba en la cárcel. Gracias a la Alianza de Civilizaciones su pena quedará reducida a un año porque el inmigrante ilegal asesinado no era musulmán, sino un ecuatoriano católico. Saldrá en 8 meses porque le pillará el armisticio general decretado tras la negociación con ETA. Tras su salida de la trena -ya bien curtido- terminará como cabecilla de la banda que habrá vuelto a las armas porque Navarra y el País Vasco francés se niegan a anexionarse. Su capacidad como líder implacable será tan imitada por sus correligionarios que finalmente decidirán clonar un ejército de tipos como él en un hospital del País Vasco donde será posible la clonación reproductiva porque también estarán cedidas las competencias sanitarias. Nada conseguirá acabar con todos ellos hasta que se jubilen, momento en el cual morirán en la miseria porque el sistema de pensiones habrá quebrado hace ya algunos años. Una de las tres familias numerosas que quedan en España, católica y perteneciente a la Asociación de Víctimas del Terrorismo y al Foro de la Familia, conseguirá salir del país y convertirse en refugiados políticos del estado vaticano, adonde irá De la Vega a pedir su extradición. La Caixa, única empresa en todos los sectores menos en el del petróleo -apunto de agotarse- lanzará una campaña goebeliana a través de su filial de Prisa, opada un mes antes con el beneplácito del Tribunal de defensa de la Competencia, la Comisión Nacional de la Energía, la Comisión Nacional del Mercado de Valores, el tribunal Supremo, el Constitucional, el Consejo de Estado, el CGPJ y la Real Academia de la Lengua.

Fotografía de Javier de la Rosa