ANÁLISIS DE LA SEMANA
ETA les importa un pimiento a los norteamericanos
Por Amalia Casado3 min
España14-10-2001
Hay que hablar de los servicios secretos, que no son un cuarto de baño escondido en una discoteca para quien tenga la información privilegiada en el momento oportuno, aunque algo tiene que ver. Con la suciedad, al menos. Aunque el español es un Estado democrático y de Derecho, todo palacio tiene su pocilga. La democracia es una ficción y nunca podrá darse en estado puro mientras el hombre siga siendo hombre –luego imperfecto-. Todo quedó dicho en El Príncipe, de Maquiavelo. La hipocresía del poder parece innata a éste. Es el secreto lo que hace la fuerza aunque haya reductos en el mundo en el que se funcione de forma distinta, y aunque esos espacios puedan ampliarse gracias a personas buenas que creen en los valores de la verdad, la justicia y la paz. Gracias a Dios. El terror es instrumento reprobable como arma de poder. Debe ser objetivo a combatir. Es una enorme desgracia que sólo cuando Estados Unidos parece ha sentido la amenaza el mundo ha tomado conciencia de ello. Una enorme desgracia. El 11 de septiembre obliga a replantear todo un sistema, el capitalista neoliberal, que está en ruinas. España debe aprovechar, como está haciendo, el impulso de esta guerra sin ganadores para luchar contra una lacra que experimenta en sus carnes. En Madrid enseñó los cuernos una vez más el pasado viernes. La renovación de los servicios de inteligencia encuentra justificación en la necesaria agilidad que deben proporcionar para colaborar en esa batalla contra el terror. Pero no cabe duda: Estados Unidos no está con España. Está consigo misma y jamás ha dado muestras de que le preocupe el terrorismo más allá de lo que a sus ciudadanos pueda afectar. El resto del mundo es eso: el resto del mundo. Compradores de sus productos y necesarios para su prosperidad. Nada más. La Unión Europea será, después de esta etapa, otra vez, un competidor. Mientras la ola antiterrorista no rompa en la playa del olvido, que España aproveche las circunstancias para acelerar acuerdos como el que permite la extradición inmediata de etarras desde Francia. Que se haga escuchar en los foros internacionales: las Torres Gemelas cayeron aquí antes que en Nueva York. Para muchos, el grito del Gobierno será un susurro, pero que no cese. La reforma del CESID era necesaria. Para muchos, insuficiente. Las protestas que surgieron cuando se planteó la posibilidad de que pudieran irrumpir en domicilios los agentes secretos sin orden judicial se han acallado con la garantía de que habrá control parlamentario y judicial de la actuación del nuevo Centro Nacional de Inteligencia. Sin embargo, es una ingenuidad pensar que pueda existir verdadero control democrático y transparencia en el destino de los fondos reservados a estos menesteres: el secreto es la fuerza. Los que se vanagloriaban de ser el Gobierno más democrático de la Historia de España se las ven ahora con la Justicia por un caso del que aún se desconoce al responsable último. ¿Recuerdan? El famoso “pte”. “Cuando los intereses supremos están en juego, hasta los gobiernos ultrademocráticos se guardan bien de someterlos al juicio del pueblo mismo”. Lo decía Mussolini, evidentemente, un nombre demasiado sospechoso como para que para muchos pueda ser opinión válida. Pero también lo dice uno de los españoles conocedores de la modernidad, Martín Lozano: “En el régimen parlamentario el pueblo es soberano un solo día, aquel en el que acude a las urnas a elegir a sus gobernantes. La jornada después vuelve a ser siervo, vuelve a estar a merced de aquéllos a quienes votó, que no representan sus deseos y necesidades, por mucho que prometan lo contrario”. Va por Galicia, en las urnas el próximo domingo.
Seguir a @AmaliaCasado
Amalia Casado
Licenciada en CC. Políticas y Periodismo
Máster en Filosofía y Humanidades
Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo