EL REDCUADRO
Calzoncillos en la España
Por Antonio Burgos2 min
Opinión15-10-2001
Esto debe de ser cosa de esta España de la lencería. Claro, empieza la señorita Sannumn pasando lencería fina y acabamos hablando de calzoncillos en el Parlamento. La lencería ha pasado a ser un asunto de Estado. Aunque esa CNN de Qatar que se llama como Algeciras, pero en árabe, y la CNN de Atlanta intentan mostrarnos la guarida de Laden, el personal lo que quiere ver son los calzoncillos de Antonio Camacho, el timador de ese tocomocho de Gescartera donde Ramallo ha quedado como el cateto al que le largan el sobre de recortes de periódicos. Esos calzoncillos de Camacho tienen un ver, y ni aquí hacemos buen periodismo audiovisual ni nada. 42.000 pesetas en unos calzoncillos son muchas pesetas, y la gente ha dejado de interesarse en los bombardeos de Afganistán para hacerse las preguntas fundamentales que ni las lumbreras inquisidoras de la comisión parlamentaria han sabido responder: ¿tenían música esos calzoncillos de 42.000 pesetas? Si la tenían, ¿en qué parte? ¿En la anterior o paquetera, o en salva sea la parte posterior? ¿Estaban decorados por Antonio López? ¿O eran unos calzoncillos de diseño ideados por mi admirada Agatha Ruiz de la Prada? Han hecho mal con llevar esos calzoncillos de las 42.000 pesetas a la comisión de Gescartera. Esos calzoncillos son dignos de que cualquier fundación patrocine una exposición monográfica en el Centro de Arte Contemporáneo. ¿No están ya los trapitos de Balenciaga y de Coco Chanel en los museos? Con más razón deben estar los calzoncillos de Camacho, que me imagino que cuando se le pone la parte posterior con los palominos de reglamento no los da a la lavandería de la cárcel de Soto del Real, sino que lo envía al Instituto de Restauraciones Artísticas. Ya puestos, el Congreso de los Diputados debe investigar otros calzoncillos peores. Camacho, con su dinero, puede comprarse los calzoncillos que tenga por conveniente. Pero aquí todos los sábados, en la Noche de fiesta de TVE, los contribuyentes pagamos de nuestro bolsillo los calzoncillos que exhiben los tíos macizos que tanto gustan a José Luis Moreno. Tal como está el kilo de subvención a TVE para pagar el déficit, ¿a cuánto nos sale cada calzoncillo televisado del sábado noche? Dicho sea con todos los respetos, porque aquí, desde que Eva Sannum es asunto de Estado, ya no sabes qué decir para que tu lencería sea políticamente correcta.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor