El Nobel de Medicina premia la investigación de la división celular
Por Covadonga de la Cuesta2 min
Sociedad09-10-2001
Hartwell, Hunt y Nurse. Tres nombres que pasarán a la historia por sus estudios en el ámbito de la Biología Celular. Los tres han investigado la asociación existente entre Genética y separación de las células. Diez millones de coronas en metálico premian la labor de estos científicos que han empleado como materia prima de su trabajo erizos de mar y levaduras de cerveza.
El organismo humano tiene su origen en una sola célula llamada cigoto. Hasta mediado el siglo XIX se creyó que las células eran producto de "la generación espontánea". Fue el biólogo alemán Rudolph Virchow quien dio con la teoría acertada: "Omnis cellula et cellula" (todas las células provienen de otras por división). Si en esa división se produce alguna alteración o error pueden aparecer células cancerígenas. En los siglos venideros, la división celular ha seguido siendo objeto de estudio. La contribución principal del bioquímico Hunt y los genetistas Hartwell y Nurse ha consistido en la analogía que han establecido entre la división celular y la Genética. ¿Cuáles son los genes que intervienen y condicionan la separación celular? Hartwell trabajó con un organismo unicelular muy simple: la levadura de cerveza. En ella descubrió más de cien genes condicionantes de la división celular y los denominó genes CDC (Ciclo de División Celular). Actualmente se sabe que muchos de ellos existen en el hombre. A partir del método de Hartwell, en el Imperial Cancer Research Fund de Londres, Paul Nurse fue más allá y descubrió que uno de esos genes CDC, conocido como start, cdc2 o cdk1, es concluyente en la división o no división de la célula. Esto condujo a descubrir las CDK, proteínas humanas que regulan la división celular. Hunt, del mismo instituto que Nurse, descubrió otra serie de esas proteínas, las ciclinas, aunque esta vez en el erizo de mar. La posibilidad de tratar y diagnosticar distintos tipos de cáncer a raíz de estos descubrimientos no ha hecho más que elevar el reconocimiento internacional de estos científicos. Es determinante tener en cuenta que el proceso cancerígeno no es más que el resultado de un proceso de división celular fuera de control.