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ANÁLISIS DE SOCIEDAD

Infeliz infancia

Fotografía

Por Almudena HernándezTiempo de lectura1 min
Sociedad11-12-2005

A los niños del siglo XXI el dulce sabor de la inocencia les amarga como la hiel. A muchos -todavía queda algún pequeño al que le dejan ser niño- ya se les ha condenado al infierno de los mayores, a la violenta realidad de las prisas, la desilusión, el sinrumbo y el consumismo. Duele el alma ver a los niños sin esperanza, sin ganas de jugar con su imaginación. Es preferible toparse con una carita sucia que sonríe, aunque el estómago sólo esté saciado con el pan de cada día y sin el aderezo de las chuches. También les dan azucarillos a los caballos. A los niños del siglo XXI les duele la soledad de la multitud; la compañía de las muchas cosas y la ausencia de la dedicación de tiempo. A muchos niños -todavía queda alguno con la picardía limpia- se les condena a la horfandad en vida, cuando tienen más cosas que nadie, pero menos cariño que cualquier niño de los de antes. ¿A qué llaman los mayores familia? ¿Dónde están los derechos del niño? La infancia del siglo XXI, salvo excepciones, es una especie en extinción, un aborto permitido del hombre que no quiere realizarse como tal ni permite que lo haga su descendencia. A muchos niños -todavía quedan unos pocos que piden deseos cuando ven pasar una estrella- les cuenta cuentos ¡y qué cuentos! la televisión, les canta el CD y les educa la play station. Es preferible toparse con un niño pobre de cosas pero rico en ilusión; desarrapado, aunque pulcro en inocencia, que toparse con un hombrecito cruel y malcriado que ha tenido la desdicha de ser ignorado por los suyos.

Fotografía de Almudena Hernández

Almudena Hernández

Doctora en Periodismo

Diez años en información social

Las personas, por encima de todo