SIN CONCESIONES
Los amigos de Montilla y ZP
Por Pablo A. Iglesias2 min
Opinión25-11-2005
Cuando Zapatero llegó a La Moncloa con el talante por bandera, era fácil imaginar que aquel derroche de buenas formas no podía ser tal. El tiempo ha demostrado que es un encantador de serpientes. El diálogo es un fin para el presidente del Gobierno y no un instrumento con el que solucionar los problemas de los ciudadanos. Zapatero dialoga con Rajoy como Aznar no hizo con él. Sin embargo, no ha logrado alcanzar con la oposición un sólo acuerdo provechoso para los españoles, cosa que el presidente de las Azores sí consiguió al menos en cuatro ocasiones. Zapatero ganó las elecciones generales con el talante, la verdad y la independencia como estandartes políticos. También iba a acabar con la censura en Televisión Española y, en cambio, va camino de monopolizar la pequeña pantalla con sus regalos. La OPA de Gas Natural sobre Endesa se queda pequeña a lado de las concesiones analógicas. Más allá de la relación privilegiada de José Montilla con La Caixa, el Ministerio de Industria obra al servicio de los intereses políticos del Partido Socialista. Ha denegado una segunda licencia de televisión autonómica a la Comunidad de Madrid sin más motivo que estar gobernada por Esperanza Aguirre. Cuando Jesús de Polanco solicitó permiso para que Canal Plus emitiese en abierto, el Gobierno accedió de inmediato. Sin embargo, cuando la televisión digital de Pedro J. Ramírez hizo lo mismo, se le denegó. Ahora, aparece por sorpresa una cuarta licencia en abierto para una televisión privada y Zapatero se la asigna, junto a otros, a quien hasta hace unos meses era secretario de Estado de Comunicación en La Moncloa. No son casualidades. Es la peculiar manera que tiene el Gobierno de ejercitar el talante. Primero regaló una televisión a Polanco para que pusiera en marcha Cuatro y ahora se la otorga a su amigo Miguel Barroso para que lance La Sexta. Me río de la pluralidad y la independencia. La nueva televisión, que por cierto tendrá la sede en Barcelona, es también una concesión al tripartito catalán y a sus amigos de Mediapro y El Terrat. Pese a todo, la cara más visible de los dirigentes de la futura cadena es Emilio Aragón: quien fuera en su día payaso, actor y cantante. Ahora, se dedica a producir series para televisión como Los Serrano que promulgan el sexismo, la deslealtad, la mentira en la pareja, la promiscuidad, la fama rápida y la falta de respeto a los adultos. Quizá ese sea el modelo de familia y de personas que quiere fomentar el Gobierno. En cualquier caso, las licencias de televisión se están otorgando por intereses partidistas y personales. Y luego se quejaba el Grupo Prisa cuando la Comunidad de Madrid le excluyó del reparto autonómico... Mientras tanto, el resto de las cadenas callan semicontentas porque esta misma semana comienza la era digital. Mal consuelo para quienes aspiran a competir en igualdad de condiciones.
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Pablo A. Iglesias
Fundador de LaSemana.es
Doctor en Periodismo
Director de Información y Contenidos en Servimedia
Profesor de Redacción Periodística de la UFV
Colaborador de Cadena Cope en La Tarde con Ángel Expósito