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ANÁLISIS DE ESPAÑA

Aznar y Zapatero, dos políticas y un mismo error

Fotografía

Por Alejandro RequeijoTiempo de lectura4 min
España13-11-2005

La historia se repite. Los libros están cansados de recordarnos cómo importantes dirigentes fueron derrotados después de cometer los mismos errores y de tropezar con la misma piedra con la que ya habían tropezado otros personajes históricos con anterioridad. Ahí tenemos celebres ejemplos como el que protagonizan Napoleón y Hitler. A pesar del siglo que les separaba, ambos sucumbieron ante el frío ruso cegados por su ambición y su prepotencia. Pero para darse cuenta de este fenómeno, no es necesario viajar tanto en el espacio y el tiempo. Aquí en España, y con tan sólo cuatro años de diferencia, Zapatero va camino de cometer el mismo error que acabó con Aznar. En lo que dura una legislatura, el ex presidente pasó de la mayoría absoluta a la patada en el culo. Es cierto que durante su mandato, España fue a más en materias tan importantes como la economía o la lucha contra ETA. Pero en sus últimos años, Aznar -acomodado en la innecesidad de pactar para gobernar- descuidó un campo que a la larga le acabaría matando: la política interior. La alianza con el PNV y sus conversaciones íntimas en catalán con el president Puyol fueron sustituidas por la negativa a recibir al lehendakari Ibarretxe en la Moncloa . El líder popular cerró cualquier vía de diálogo con los nacionalistas y la oposición. A esta actitud despótica, hay que sumarle la imagen mostrada en episodios como el Yakolev, el Prestige, la guerra de Iraq o el 11-M. Pero con lo que Aznar no contó es que en la política-espectáculo en la que vivimos, donde la forma es siempre mucho más importante que el fondo, donde da igual lo que digas mientras lo hagas con una sonrisa en la boca, en esta política esclava de la imagen, y más concretamente de la que nos muestra la televisión, todos estos aspectos iban a pesar como una losa en su partido. Tras el 14-M el PP entró en una nueva realidad. Fue demonizado por una parte de la sociedad que le colgó el cartel de mentiroso y asesino. El panorama actual es un todos contra el PP y contra todo lo que representa como se vio demostrado en el debate sobre el estatuto catalán. Ahora votar a los populares ya no significa lo mismo que antes. Además todo lo que se acerque al PP, todo lo que huela a derecha, es denostado. Esta imagen creada por Aznar y que todavía él mismo se encarga de alimentar desde su fundación FAES es lo que injustamente heredó Rajoy cuado tomó el timón del barco. En su mano esta cambiarla y en ello esta, aunque hay quien dentro de su propio partido no se lo pone fácil. Al igual que Rajoy, quien también se encontró con ese sentimiento de rechazo hacia el PP fue Zapatero. Eso le proporcionó un amplio margen de maniobra al inicio de su mandato. Consciente de los errores de Aznar, lo primero que hizo fue abrir los brazos a los nacionalismos. Pero esa tampoco era la solución. Es por ello que, aunque de manera distinta, Zapatero también se ha equivocado. Preso de las exigencias regionalistas, el líder socialista se ha visto obligado a empezar la casa por el tejado con unas reformas estatuarias que no interesaban a nadie. Esto esta agotando el crédito del presidente. La economía sigue creciendo. En cuanto a lucha antiterrorista, dejando a un lado las especulaciones sobre la negociación, ETA lleva dos años sin matar y la justicia sigue haciendo su trabajo. Pero la política interior, como ya le sucedió a Aznar, vuelve a eclipsarlo todo. Por primera vez el PP esta sacando partido del aislamiento al que le relegaron sus enemigos. Paralelamente, los socialistas cada vez van perdiendo la confianza de una sociedad española contraria a establecer ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda. El PSOE va camino de sufrir una ola de rechazo como la que padecen los populares. El escenario es el mismo, solo cambian los ingredientes. Si al PP se le reprochaba la prepotencia y la mentira, ahora al PSOE se le recrimina su excesiva benevolencia, si antes era el 11-M, ahora es el estatuto catalán, si antes se denostaba todo lo que oliese a derecha, ahora se persigue todo lo que tenga que ver con separatismo. Zapatero si no quiere repetir errores pasados debe dejar de tensar la cuerda y escuchar a la sociedad, a su propio partido, también a la oposición. De lo contrario, acabará como su antecesor, cavando su propia tumba y la de su formación. Lo más grave de todo es que un rechazo frontal a los nacionalismos por parte de la sociedad española lo único que haría sería beneficiar sus intereses pues alimentaría el victimismo que les da de comer. Como decía Mecano, “con nuestras piedras hacen ellos su pared“. Es lo que buscan.

Fotografía de Alejandro Requeijo

Alejandro Requeijo

Licenciado en Periodismo

Escribo en LaSemana.es desde 2003

Redactor de El Español

Especialista en Seguridad y Terrorismo

He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio