ANÁLISIS DE ECONOMÍA
¿Por qué se van?
Por Gema Diego
2 min
Economía25-06-2005
Es el problema de la deslocalización: ante una oferta de reducción en los costes fijos, de mano de obra barata y de ventajas estatales, los empresarios alzan el vuelo y se llevan las instalaciones de sus compañías a países lejanos cuyos cantos llegan desde el este y el sur. Por eso, los extranjeros no invierten en España. Ni en Italia ni en Francia. El dinero se va a China y la balanza comercial continúa desnivelándose. Además, la Europa continental tiene que hacer frente a una serie de problemas internos provocados, en unos casos, por duras directrices de saneamiento económico o por propuestas que van contra actividades tradicionales. En otros, las dificultades llegan de fuera: las causa el alto precio del petróleo, que ha vuelto a dar motivos de inquietud después de un tiempo de sosiego. Una de las cuestiones que deberían ser objeto de reflexión es la búsqueda de una singularidad, de un valor añadido que pueda aportar Europa a los inversores para que éstos no se marchen a países en vías de desarrollo. Obviamente, no se puede competir con China en salarios más bajos ni cabe pensar en rebajar las exigencias de protección al medioambiente y de garantías sociales. Por tanto, lo jugoso de la oferta se basa en la preparación y la capacitación del personal, en el factor humano, en demostrar que producir con calidad merece la pena por encima de producir en cantidades ingentes, y que la apuesta por la innovación es rentable. Muchos profesionales se ven obligados a establecerse en el extranjero si quieren desarrollar con plenitud su potencial o si, simplemente, quieren dedicarse a la investigación, ya que el mundo científico se rige más por becas que por contratos. Y concentrarse en el desarrollo de una nueva medicina requiere tener la seguridad de que al día siguiente no va a faltar un lecho donde dormir ni un planto de lentejas que comer.
