ANÁLISIS DE ESPAÑA
Cómo hemos cambiado
Por Alejandro Requeijo3 min
España05-06-2005
Parece que fue ayer cuando las calles de Madrid se inundaban de manifestantes para gritar contra una guerra injusta como fue la guerra de Iraq. Eran los días del "NO a la Guerra", precedidos por los del "Nunca Mais". Eran los días en los que Zapatero -entonces en la oposición- se colocaba detrás de la pancarta y pedía al Gobierno que escuchase a los españoles. Los días en los que los dirigentes populares eran recibidos a huevazos en las universidades al grito de "¡asesinos! ¡asesinos!". Parece que fue ayer también, cuando la guerra de Iraq parecía que iba a pesar demasiado sobre el electorado estadounidense e iba a acabar con el mandato de George Bush del mismo modo que acabaría con el de Tony Blair. Eran los días en los que Chirac y Shröder se erigían como los censores de aquella guerra, y como los impulsores de una Constitución que culminaría el prometedor proyecto europeo. Efectivamente, aunque muchas cosas han pasado desde entonces, en realidad no hace tanto de aquellos días. La diferencia es que los amigos de Aznar pasaron sus exámenes y ahora la situación se vuelve contra los amigos de Zapatero. A pesar de ello, el Presidente del Gobierno se encarga de recordar que entre ambos llevan más de 40 años ganando elecciones. Cuarenta no, -entre otras cosas por que no habían- pero de ganar elecciones también sabe algo el sempiterno Fraga y sin embargo, todo apunta a que esta vez va a tener que echar mano de algo más que estadísticas para que no se cumplan los sondeos que le auguran un destierro a la oposición. En fin, que cómo hemos cambiado. Pero ya se sabe, esto de la soberanía nacional es lo que tiene, tan pronto estas en la cima compartiendo tardes con los lideres del mundo, como estas a pie de calle, como uno más, en una manifestación contra el Gobierno. Lo de la última marcha convocada por la Asociación de Victimas del Terrorismo puede tener un mensaje más allá del rechazo a una negociación con ETA. Las caras de los dirigentes del PP eran una mezcla de alegría, incredulidad y asombro. Por primera vez en mucho tiempo, la derecha tomaba la calle y los líderes populares disfrutaban del reconocimiento callejero que antes gozaron otros. Una muchedumbre entregada gritaba "¡presidente, presidente!" al paso de Mariano Rajoy, ¡vuelve, vuelve! cuando el que pasaba era José María Aznar, besos y abrazos a Mayor Oreja, gritos de ánimo para Acebes... Cómo hemos cambiado. Ahora el que tenía que escuchar los insultos de la calle era Zapatero. Pero el Presidente del Ejecutivo no tardó en pronunciarse, y desde Galicia aseguraba: "fijaos si han cambiado las cosas en un año, que ayer hubo una manifestación de miles de personas en Madrid, y el Gobierno les escucha con respeto". En su mano esta ahora cumplirlo y no repetir errores del pasado. La situación de la negociación con ETA sigue siendo una partida a tres bandas entre los terroristas, el Gobierno y las víctimas (en comunión con el PP). En esta partida cada jugador mueve sus fichas y el sábado 4 le tocó el turno a las víctimas y al PP que se sumaron la moda europea y dijeron "NO", en este caso, a cualquier tipo de concesión con los asesinos. Ahora les toca mover a los otros dos. Pero lo que debe de tener en cuenta Zapatero es que todas las partidas tienen un final y el tiempo corre. Pueden darse varías posibilidades: que ETA reciba lo que pide, que los terroristas anuncien el fin de la violencia, volver al Pacto Antiterrorista o, unas elecciones. En su mano esta.
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Alejandro Requeijo
Licenciado en Periodismo
Escribo en LaSemana.es desde 2003
Redactor de El Español
Especialista en Seguridad y Terrorismo
He trabajado en Europa Press, EFE y Somos Radio