ROJO SOBRE GRIS

No afirmativo

Por Amalia Casado2 min

Opinión30-05-2005

Han votado no porque en Francia no tienen complejo de no ser europeos, no se sienten en la obligación de demostrar nada, y porque el supuesto magnetismo de Zapatero no tiene efectos más allá de los Pirineos. Chirac ha intentado apelar a todos los sentimientos de los franceses. Al más profundo patriotismo: “sería un fracaso para Francia, y se verá considerablemente debilitada para defender sus intereses y sus valores”. Al miedo: “no hay un plan B y una renegociación es inviable”. Al romántico: “esta Constitución, esencialmente inspirada por Francia, es hija de 1789”. No se le puede negar hasta un puntito de humor al contar con Zapatero para apoyarle cuando, hace una semana, la presencia del presidente español fue mala acompañante para el vecino alemán Shröeder, que perdió por primera vez después de 40 años las elecciones regionales de Renania del Norte-Westfalia. Chirac lo ha intentado todo, pero no ha servido para nada. Que el "no" haya triunfado en el país de algunos de los políticos inspiradores e impulsores del Tratado es un símbolo de que Europa no es sólo de unos pocos y poderosos. Sobre todo, de que la Historia puede tomar un nuevo rumbo que no tenían previsto esos pocos y poderosos. ¡Bravo! Este "no" es una puerta a la esperanza de que ni las más grandes campañas de marketing pueden siempre vendar los ojos de la libertad de los ciudadanos. Este "no" es un "sí": es la afirmación histórica de que aún es posible que la verdadera Europa resurja de la mentira, de que la verdadera Europa se rebele contra el corsé deforme e impuesto, absolutamente interesado, que le niega sus raíces cristianas y, por lo tanto, el desarrollo y crecimiento que le es debido para que los frutos sean los que la Humanidad entera está esperando. Rojo sobre gris a este no afirmativo histórico.

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Amalia Casado

Licenciada en CC. Políticas y Periodismo

Máster en Filosofía y Humanidades

Buscadora de #cosasbonitasquecambianelmundo

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