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LA RÉPLICA

De test, secretos y juego ‘sucio’

Fotografía

Por Roberto J. MadrigalTiempo de lectura3 min
Deportes24-04-2005

Las tres semanas de descanso antes de iniciar la temporada en Europa han sido frenéticas para los equipos de Fórmula 1, que no han parado de hacer pruebas para mejorar la competitividad de los bólidos. Y se ha visto una gran igualdad: después de cinco años, los McLaren vuelven a ser las flechas de plata, e incluso BAR-Honda, tras su decepcionante inicio, parece haber resuelto sus problemas aerodinámicos. Con todo, estas pruebas no son un indicio demasiado fiable para extraer conclusiones con vistas al Mundial, pues los tiempos varían mucho según los reglajes, el compuesto de los neumáticos, las condiciones de la pista y la carga de combustible. También se debe tener cuidado porque la información que llega a los medios de comunicación no es orientativa acerca del ritmo de cada piloto. Ahora bien, los avances técnicos, sobre todo en la aerodinámica y los neumáticos –con novedades casi en cada carrera–, son un secreto valiosísimo y los equipos tratan de obtener datos con el máximo sigilo. Se trata de evitar, al rodar en condiciones teóricas de carrera, que los demás puedan observar sus avances para estudiarlos y, si mejoran el rendimiento, incorporarlos. Por ello Ferrari opta por probar en solitario y sacar el máximo provecho al trazado de su propiedad en Fiorano. Pero la Scuderia es, además, el único equipo capaz de desplegar la carísima infraestructura necesaria para rodar a la vez en varios circuitos. Una circunstancia que hace capaces a los bólidos rojos de evolucionar más rápido que cualquiera de sus rivales. Sin embargo, obligada por los malos resultados de las primeras carreras, Ferrari no ha dudado en romper las condiciones de igualdad con los demás equipos, y no es ningún secreto que las relaciones son muy tensas. La de Maranello es la única escudería que ha renovado hasta 2011 el Acuerdo de la Concordia, que rige el reparto económico para los equipos –que se plantean crear para 2008 un campeonato paralelo–. Pero ese apoyo a la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) no respeta los intentos por que los equipos compitan en igualdad, por ejemplo, limitar el número de entrenamientos, ya que los equipos más modestos no pueden hacer pruebas fuera de los Grandes Premios. La única moraleja del espectáculo es que todo vale con tal de conseguir victorias y que nadie vela por el interés común. De modo que Ferrari, cuyo presupuesto es de los más abultados –se cifra en unos 400 millones de euros–, parte con ventaja y no juega limpio, pues se puede permitir hacer más pruebas que otros equipos. Estas circunstancias hace más meritoria si cabe la actuación de Fernando Alonso, dado que Renault, aunque su apuesta es ambiciosa, sólo está dispuesto a invertir en el circo en la medida en que obtenga beneficio, es decir, que salga reforzada una imagen ganadora. En cuanto falle la ecuación, Carlos Ghosn –que asumirá en breve la presidencia– no dudará en abandonar la Fórmula 1. De momento, los buenos resultados sólo han servido para garantizar un año más la continuidad del equipo.

Fotografía de Roberto J. Madrigal