ANÁLISIS DE LA SEMANA
Los renglones torcidos de Dios
Por Almudena Hernández
2 min
Sociedad24-04-2005
Se abrió el balcón y en tono serio, solemne y pausado el mundo recibió la noticia: "Habemus Papam". "¡Oh, no! ¡Es Ratzinger!", pensamos muchos. No nos gustaba Ratzinger porque tiene un halo de tipo duro, de abuelo cascarrabias, de hombre curtido y seco. Pero salió por el balcón un abuelo de sonrisa tímida, como embobado, aunque dispuesto a poner las pilas al mundo, a romper los planes y a dar caña y eso nos joroba mucho, pues no nos apetece ser valientes. El nuevo papa no nos deja indiferentes. Muchos queríamos un hombre de apariencia más ligth, pero resulta que en los primeros días de su Pontificado en algunas cosas esa apariencia nos ha engañado. Benedicto XVI dirige al mundo palabras tan suaves como claras son sus ideas; mensajes de humilidad y firmeza con gestos de un hombre de 78 años que se emociona ante la aclamación de la multitud. Tiene cosas de abuelo: ternura escondida, horas de reflexión, miles de vivencias, experiencia. A pesar de todo ello Benedicto XVI ya ha dado motivos para las críticas: se ha declarado en contra del relativismo que inunda al mundo -la humanidad deambula por muchos "desiertos", dice-, ha tendido la mano a la unidad de la Iglesia y, a su edad, ha tenido la osadía de decir que "la Iglesia está viva y es joven". ¡Y muchos sin enterarnos! No hay papas equivodados, hay equivocaciones de hombres. La historia nos ha dado ejemplos de los gravísimos errores de muchos de los hombres que han llevado las riendas de la Iglesia. Pero de todos se ha aprendido algo y, uno tras otro, hasta este Ratzinger no deseado por muchos será capaz de trasmitir el mensaje que da sentido a todo este lío de Iglesia, papas y catolicismo: un mensaje de amor. Por eso medio millón de personas asistieron a la misa de entronización de Benedicto XVI. Por eso varios millones despidieron a Juan Pablo II. Ven en ellos algo más que a un viejo. En la Iglesia hay muchas, muchísimas equivocaciones. Siempre las ha habido y las habrá. Dios escribe derecho sobre renglones torcidos. Hay millones de ejemplos. Habrá muchos más. El nuevo Papa es Ratzinger. Por lo menos en eso de escribir tiene experiencia. Benedicto XVI ha redactado más de una treintena de libros. A simple vista, sus publicaciones muestran las líneas bien rectas.
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Almudena Hernández
Doctora en Periodismo
Diez años en información social
Las personas, por encima de todo