ARQUEOLOGÍA
El cerebro del ¬homo floresiensis¬, pequeño pero inteligente
Por Alfredo López Zamora
2 min
Sociedad03-03-2005
Los restos de estos primates fueron descubiertos el pasado año por dos investigadores australianos en una cueva llamada Liang Bua, situada en la isla indonesia de Flores, de ahí el nombre que se le ha dado al homínido. Un cráneo, un fémur, una tibia y numerosas costillas, entre otros, sirvieron para revelar que el antiguo sujeto vivió hace 18.000 años.
El descubrimiento que ha demostrado que tras la extinción de los neandertales no sólo vivieron los homo sapiens. Además, una de las principales cuestiones que surgieron en torno a el homo floresiensis fue sobre su capacidad cognitiva, ya que las reducidas dimensiones de su cerebro revelaban un desarrollo insuficiente, también denominado microcefalia. Un reciente estudio publicado en la revista Science y llevado a cabo por investigadores estadounidenses, australianos e indonesios, ha descartado la hipótesis anterior y ha demostrado que estos primates tenían una gran capacidad cognitiva. Se ha reconstruido virtualmente el cerebro a partir de las huellas que dejó en el interior del cráneo, y se ha visto que el reducido tamaño sólo responde a las necesidades de adaptación a la isla y no a ninguna malformación. "Tiene varios rasgos muy avanzados que tienden más hacia los humanos modernos, como el lóbulo frontal, los lóbulos temporales a los lados y en la parte trasera del cerebro", afirma Dean Falk, del Departamento de Antropología de la Universidad Estatal de Florida. Además, en el lugar donde se hallaron los restos del homo floresiensis se encontraron numerosas herramientas de piedra que se han asociado al homínido. Sus descubridores, los australianos Meter Brown y Richard Roberts, consideran que tenía capacidad para cazar y que para ello llegó a trasladarse de una a isla a otra en embarcaciones elaboradas por sí mismo con bambú. Se ha visto que tiene muy desarrolladas las regiones cerebrales asociadas a la comprensión del habla y la audición, y sobre todo la implicada en procesos cognitivos superiores. Estos datos equiparan al homínido con grandes simios como el homo erectus o el homo sapiens, descubriendo así un nuevo eslabón en esta evolución prácticamente desconocida entre los primates el hombre moderno.