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EE.UU. acusa a los gobiernos de Damasco y Teherán de ¬promover el terrorismo¬

Por Dania MullerTiempo de lectura1 min
Internacional20-02-2005

Firme y contundente. Así ha sido la respuesta de EE.UU. que acusa a Siria por el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri y por colaborar con el terrorismo. Washington ha retirado a su embajadora de Damasco y ha calificado de intolerable la actitud siria. El presidente estadounidense, George Bush, ha anunciado que pedirá sanciones a la ONU.

Bush criticó a Irán a la vez que a Siria, y les acuso de “promover el terrorismo internacional y de ser la pieza que desestabiliza Oriente Medio”. Tanto Irán como Siria respondieron a estas acusaciones y anunciaron que están dispuestos a cooperar entre ellos para hacer frente al “desafío y las amenazas” que les ha planteado Estados Unidos. El anuncio de la alianza sirio-iraní llega justo cuando ambos países mantienen una amarga disputa con Washington. El Gobierno de Bush acusa a Irán de promover el terrorismo y de intentar fabricar bombas atómicas y afirma que Siria apoya a la insurgencia iraquí y a los grupos radicales palestinos. Israel también arremetió contra Siria, a pesar de que el primer ministro israelí, Ariel Sharon, declarara en su día que busca la paz con sus vecinos árabes, incluido el Gobierno de Damasco. Por su parte, EE.UU. pidió a Siria que retire sus tropas de Líbano. La secretaria de Estado de EE.UU., Condoleezza Rice, aseguró que “es inaceptable que Siria continúe siendo un lugar desde el cual los terroristas son financiados y ayudados para destruir el muy frágil proceso de Oriente Medio” pero explicó que su gobierno “no está buscando culpables”. Rice ha asegurado que la presencia de las fuerzas sirias han provocado la desestabilización de Líbano. Tras el atentado, Siria se apresuró y condenó el asesinato en Beirut, pero rechazó las acusaciones de Israel y de la oposición libanesa. Tanto Israel como los opositores libaneses acusan a Siria de ser la autora del fatal atentado.

Fotografía de Dania Muller