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SIN ESPINAS

¡Ánimo ovejita!

Fotografía

Por Javier de la RosaTiempo de lectura2 min
Opinión23-01-2005

Si los católicos fuéramos conscientes del esfuerzo de comprensión que tenemos que hacer para que las personas no creyentes se esfuercen en comprendernos, tal vez conseguiríamos que muchos de los que hoy no nos entienden terminaran por hacerlo. Para explicar lo del condón no vale un eslogan de 30 segundos, monseñor Martínez Camino; y si consigue uno brillante, antes debería habérselo pensado mucho o haberse asesorado más. Busque apoyos y los encontrará cerca, que esto no lo puede hacer uno solo. Dicho lo cual, los católicos contamos con otro problema. Tenemos que ser siempre conscientes de que el Mal existe. El gran triunfo de Satán en este último siglo ha sido convencernos a nosotros también de que no existe. Y el Mal se encarna en personas cerradas a la verdad, en dueños, directores, editores y redactores de medios de comunicación que aprovechan cualquier ínfimo desliz para justificar sus posturas y machacar al que consideran el verdadero enemigo de su estilo de vida. El error del portavoz de la Conferencia Episcopal es eso, un error, pero no podemos dejar que la magnitud del mismo se la otorgue quien se declara y actúa como su adversario. Este es el problema de los católicos mediocres que han cargado las tintas contra el vocero de los curas. Y no hace más daño a la Iglesia que un católico que cree que no necesita convertirse. Martínez Camino se equivocó, pero el problema de nuestra sociedad española no es que él sea una ovejita descarriada por un desliz semántico; lo terrible es que a las puertas del redil le estén esperando siempre una manada de lobos hambrientos. Me ha dado miedo observar hasta qué punto se ha mentido con este asunto en la práctica totalidad de los medios españoles y también la incomprensión que debemos sufrir. Pero a católicos y anticatólicos yo les recuerdo que Dios hace lo frágil irrompible. Así que: ¡Ánimo ovejita!

Fotografía de Javier de la Rosa