EL REDCUADRO
Acto heróico
Por Antonio Burgos3 min
Opinión23-01-2005
Mal andan las cosas cuando el reconocimiento de lo obvio llega a convertirse en un acto heroico. Antes que el asunto se enfriara con las rectificaciones, tibiezas y cobardías al uso, soltamos palomas y tiramos cohetes porque PSOE y PP hicieron lo obvio: poner sobre la mesa los 20.789.307 votos que tienen entre los dos partidos, frente a los 420.980 del PNV. -¿Y con sólo 420.980 votos está Ibarreche poniendo esto patas arriba? No, amigo, la cosa es aún peor si consideramos la extensión del territorio que quieren separar de España. La provincia de Badajoz (21.657 kilómetros cuadrados) es tres veces mayor que todas las Vascongadas (7.261 km2). En Badajoz caben tres países vascos. Euskadi es menor que la provincia de Eus...Cádiz (7.385 km2). La cuestión chorrea sangre, en el más estricto sentido: por la independencia de ese Euskadi que es menor que la provincia de Cádiz, los cómplices criminales de Ibarreche y su plan llevan ya asesinadas a mil personas. Mucho hablar del Plan Ibarreche, pero los que podrían alzar la voz serían los nietos de los colonos del Plan Badajoz. Por eso levanta la voz de vez en cuando Rodríguez Ibarra, y, sin avergonzarse de España, tiene la heroicidad de proclamar alguna obviedad. No es que hable en plan Pepe Bono: habla en Plan Badajoz. Desde lo alto de las escalinatas de la Moncloa, la heroicidad de la obviedad nos ha contemplado. Durante el breve tiempo que dura la alegría en la casa del pobre. No era que ZP recibiera a Rajoy. Eran 11.026.163 votos que recibían a 9.763.144. El 80 por ciento del voto de los españoles, que eran recibidos conjuntamente más tarde por el Rey, antes de bajarse al moro para obrar el milagro de la multiplicación y ubicuidad de las piedras, al colocar en Tánger la primera de la Universidad Española de Tetuán, o para agradecer a Mohamed VI que pudiendo mandarnos 140 pateras de simpapeles al día nos envíe sólo 122. Espero que tras estos heroicos ejercicios de reconocimiento de la obviedad se constate que no hay clamor alguno pidiendo la reforma de la Constitución. Más que la Constitución o los Estatutos, aquí lo que hay que reformar, y urgentemente, es el sistema electoral. ¿Cuántas veces en plena campaña nos prometieron los dos grandes partidos que iban a reformar el sistema electoral, para que un diputado no saliera tan caro en votos en determinadas circunscripciones y regalado en otras? No valen lo mismo los votos en las Vascongadas que en la provincia de Madrid. En Madrid con 180.000 votos no hay ni para empezar. Y con 181.304 votos en el País Vasco, la ya ilegalizada Batasuna hasta se permitía el lujo de soltar en esa media plaza de Las Ventas que es el Congreso de los Diputados a dos berrendos en etarra. La estabilidad del sistema estará en peligro mientras los llamados partidos-bisagra, sabiéndose imprescindibles, se dediquen a quitarles los tornillos a los goznes, como dijo el otro. Cuanto está ocurriendo con el chantaje de sesión continua de los nacionalistas son los lodos que trajo el polvo de un sistema electoral que nadie se ha preocupado de corregir o no se ha atrevido a hacerlo. Con 94.252 votos, Labordeta consiguió escaño hasta para su mochila. Con 73.344 votos en la provincia de Sevilla, Izquierda Unida se quedó sin alcándara parlamentaria donde colgar ni un zurrón. Si de verdad queremos estabilidad constitucional y unidad nacional, antes que nada hay que reformar el sistema electoral que permite que el voto del 20 por ciento de los españoles tenga en el puño al mayoritario 80 por ciento restante. Es como si en Estados Unidos, Bush y Kerry juntos dependieran de ese pintoresco candidato que suele presentarse en California diciendo que representa los supremos intereses de los criadores de gusanos de seda.
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Antonio Burgos
Columnista del diario ABC
Andaluz, sevillano y del Betis
** Este artículo está publicado en el periódico ABC y posteriormente recogido de AntonioBurgos.com por gentileza del autor